Las deportaciones de Argelia ponen al norte de Africa al borde de una catástrofe humanitaria

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La deportación de inmigrantes africanos practicada por Argelia, no ha sido cosa actual, sino que es algo que viene haciéndolo desde hace años. Las autoridades de ese país están obligando a miles de personas a cruzar la frontera por el desierto hasta Assamaka, donde se dice que la situación humanitaria es catastrófica.

Según Kerem Schamberger, jefe de migración y relaciones públicas de Medico International, el año pasado más de 24.000 personas fueron deportadas a través de la frontera argelina en lo que él llama «operaciones cap and dodge». Entre los expulsados, dijo, había muchos heridos.

Señaló que las autoridades argelinas arrestan a los migrantes en redadas, los conducen hacia el desierto en caminones y luego los abandonan en un lugar conocido como «Punto Cero», que es tierra de nadie en la frontera entre Argelia y Nigeria.

Las experiencias que viven esta gente que lo intenta todo con tal de llegar a las costas europeas. Tal es el caso de un ciudadano nigeriano llamado Felicitity, de 20 años. Tras haberse lanzado en un arriesgado viaje por el desierto del Sahara, al igual que otras miles de personas, no pudieron ni siquiera llegar a la costa africana para embarcarse a Europa, por el contrario quedaron varados en Libia.

«No hay nada mejor que estar en casa», dijo al llegar a Nigeria. «Ahora estamos de vuelta y a salvo. Ya nadie puede menospreciarnos. Estamos felices».

Libia se ha convertido en el punto de salida de los migrantes, pero también en un lugar donde son brutalmente abusados ​​por bandas criminales que los explotan para conservar su estilo de vida delincuencial. Se desconoce el número real de quienes mueren en condiciones inhumanas de cautiverio, servidumbre o violencia.

Según la ONU, más de 13.000 nigerianos regresaron voluntariamente con la ayuda de las autoridades gubernamentales nigerianas y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Ellos volvieron de un sueño ansiado por una mejor vida en suelo europeo que se transformó en una pesadilla de violencia, abuso y racismo en el desierto libio.

Pese a todas estas difíciles vivencias, el número de migrantes que intentan llegar a la unión Europea no ha disminuido. La OIM ha denunciado que más del 70% de los movimientos migratorios dentro de África tienen lugar solo dentro de África Occidental y se ha extendido hacia el centro del continente.

Las medidas y controles antimigratorios tampoco han disminuido en los países de tránsito, uno de los principales países que llevan a cabo deportaciones masivas es Argelia.

La red activista Alarme Phone Sahara (APS) reportó que tan sólo entre enero y finales de marzo de 2023, Argel repatrió a más de 10.000 migrantes a la región desértica a lo largo de su frontera con Níger.

Las deportaciones se han clasificado en dos tipos, las llamadas «oficiales» y «no oficiales». Las primeras se practican con ciudadanos nigerianos que son llevados a la ciudad fronteriza de Assamaka, mediante un acuerdo entre Níger y Argelia. De ahí son transportados a Arlit o Agadez.

Las segundas se enfocan en personas de África occidental y central, así como de países de Oriente Medio o Asia. Cabe destacar que pese a los tormentos que han pasado, aún tienen que caminar para buscar ayuda. Entre ellos hay jóvenes de 20 y 30 años, pero también mujeres embarazadas, niños y ancianos, por lo que no todos logran sobrevivir a la penosa travesía.

Algunas de las causas que también ha ocasionado esta brutalidad es el ascenso de la extrema derecha en el mundo que avala actitudes y medidas racistas y odio a los migrantes sobre todo en  Italia, España, Francia o Alemania.

La organización Medico International afirma que tales deportaciones equivalen a una extensión de la política de la UE comúnmente descrita como «Fortaleza Europa»: estructurado para alejar la migración masiva que busca alcanzar a la Unión Europea.

Hay que recordar que en Níger se aprobó una ley en 2015 «bajo la presión de Europa» que esencialmente criminaliza cualquier migración hacia el norte, convirtiendo automáticamente a cualquiera que ayude o incite a cualquier migrante en partidario de la migración irregular.

Con información de Deutche Welle