Ginebra, Suiza. Mar. 11, (MAP)- La activista del polisaria Lemaadla Zroug reveló, este miércoles en Ginebra, ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH), el calvario que viven las familias de los desaparecidos saharauis en las cárceles de los separatistas, en el suroeste de Argelia.
En su intervención en el marco de la 43a sesión del CDH, Zroug denunció los actos de represalias y los castigos infligidos a los opositores en los campamentos de Tinduf, «donde los dirigentes del polisario recurren sistemáticamente a actos de secuestro, de malos tratos y de ejecución contra los opositores saharauis», señalando que las milicias de los separatistas son alentados por «la arbitrariedad que prevalece en estos campamentos, dada el rechazo del país anfitrión a asumir sus responsabilidades jurídicas y morales en violación de las cartas internacionales».
Zroug condenó, en este sentido, el silencio y la falta de reacción de los organismos internacionales, en particular el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el CDH, ante estos horribles crímenes.
Recordó, a este respecto, el caso de su padre, «secuestrado por las milicias del polisario, unos meses antes de su nacimiento, y torturado hasta la muerte». Los dirigentes del movimiento separatista todavía se niegan a informar a la familia del lugar donde su padre fue enterrado, explicó.
Estos horribles crímenes han afectado a cientos de saharauis, continuó, señalando que «a pesar de los esfuerzos realizados por las familias de las víctimas para conocer el destino de las personas desaparecidas, no hemos recibido ninguna respuesta del Alto Comisionado para los Refugiados, de Argelia y de los dirigentes del polisario, aunque algunos de ellos han reconocido haber cometido estos crímenes».
También, denunció la complicidad y el silencio de quienes se autoproclaman defensores de los derechos de los saharauis frente a estos crímenes, señalando que estos supuestos activistas de los derechos humanos alientan con su silencio a las milicias de los separatistas a continuar sus crímenes y violaciones graves, y a escapar el castigo.
«Las familias de las víctimas del polisario estiman que el silencio de la comunidad internacional sobre estas violaciones alienta a sus autores a persistir en sus prácticas delictivas y llaman a todas las instancias internacionales a presionar al país anfitrión para que respete sus obligaciones hacia las poblaciones saharauis en su territorio», concluyó.