– El Rey Mohammed VI dirigió un mensaje a los participantes en el Simposio Internacional sobre “Justicia Transicional” organizado en Rabat.
El Rey Mohammed VI dirigió un mensaje a los participantes en el Simposio Internacional sobre “Justicia Transicional”, organizado en Rabat para conmemorar el vigésimo aniversario de la creación de la Instancia Equidad y Reconciliación, bajo el tema “Procesos de justicia transicional para reformas sostenibles”.
Aquí el texto íntegro del Mensaje Real, cuya lectura fue dada por la presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Amina Bouayach.
«Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros, Señoras y Señores,
Nos complace dirigirnos a los participantes en este simposio internacional, que se celebra bajo Nuestro Alto Patrocinio, sobre el tema de “Procesos de justicia transicional para reformas sostenibles”, en conmemoración del vigésimo aniversario de la creación de la Instancia Equidad y Reconciliación.
La conmemoración de este importante acontecimiento de la historia contemporánea de Marruecos, que hoy celebráis, es una ocasión propicia para recordar la importancia y relevancia de este destacado hito, que constituyó un decisivo punto de inflexión en el proceso de la mutación democrática y de desarrollo de nuestro país, ya que representa un componente básico en los cimientos de la construcción y transición democrática, así como en la consolidación del Estado de derecho y de las instituciones, así como para la protección de las libertades.
Este simposio, con su simbolismo histórico, social, político y de derechos humanos, es una ocasión para ensalzar los logros alcanzados en nuestro país durante el proceso nacional de la justicia transicional, en el que fue adoptado un enfoque profundamente meditado y prudente, marcado por la transparencia y objetividad. Es también una ocasión para recordar a las generaciones actuales y futuras las reformas y reconciliaciones que el Reino de Marruecos ha acumulado, en un marco de consenso y audacia en la lectura de nuestra historia y nuestro pasado, sin ninguna clase de complejos ni sentimientos de inferioridad.
Señoras y Señores, Nuestra decisión de crear la Instancia Equidad y Reconciliación, como continuación de la Instancia de arbitraje independiente para la Reparación a las Víctimas de Desapariciones Forzadas y Detenciones Arbitrarias, que fue creada por Nuestro llorado padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios lo tenga en Su Santa Misericordia, fue una decisión soberana en el marco de un proceso voluntarista de gestión de los asuntos públicos, basado en un nuevo concepto de autoridad, y en la responsabilidad y rendición de cuentas de las instituciones, para garantizar la dignidad de todos los marroquíes.
El objetivo principal de tal instancia, además de lograr la reconciliación nacional y resolver las violaciones pasadas, consiste en hacer de la justicia transicional una de las prioridades de la opción de la transición democrática. En aquel momento, los marroquíes, en tanto que Estado y sociedad, desarrollaron una visión proactiva de la profundidad de las transformaciones en las que había entrado el mundo a finales de los años ochenta del siglo pasado, y de la importancia de los valores democráticos y de derechos humanos, en el seno de las opciones políticas estratégicas.
La justicia transicional en nuestro país posee sólidas bases, que abarcan los fundamentos históricos vinculados a la especificidad de la personalidad marroquí, entre los que figuran los espaciales y geográficos. El objetivo principal de tal justicia, consistió en atender a todas las víctimas, independientemente de sus tendencias y orientaciones, centrándose en todas las violaciones relacionadas con los derechos humanos, desde los primeros años de la independencia hasta la fecha de creación de la Instancia Equidad y Reconciliación.
Esto permitió identificar y analizar todas las formas y aspectos de las violaciones que nuestro país conoció en el pasado, cualquiera que fuera su género y magnitud, llevando a cabo las gestiones e investigaciones necesarias sobre el terreno, y organizando audiencias públicas, en ciudades y pueblos, y otras para recabar testimonios, con el objetivo de revelar la verdad existente y reparar los daños individuales y colectivos, tomando en consideración la dimensión de género, y promoviendo de este modo la reconciliación entre la sociedad marroquí y su historia.
Uno de los aspectos más distintivos de la experiencia marroquí, podría ser la participación de la sociedad civil, con todas sus categorías, en la cristalización y éxito de la operación, ya que la decisión de la justicia transicional tuvo el mérito de abrir el espacio público a debates generales y diálogos sociales sobre las diversas reformas y cuestiones esenciales que acaparan el interés de la opinión pública nacional.
Por otra parte, la justicia transicional, con sus múltiples y continuas iniciativas, también contribuyó a consolidar la conciencia colectiva sobre la lucha contra las violaciones de derechos humanos, ya que fue posible extraer lecciones de esta experiencia, enfatizando la necesidad de continuar consolidando las bases del Estado de derecho, de la manera que garantice el respeto y la protección de los derechos y libertades, equilibrando el derecho a ejercerlos con la absoluta atenencia al cumplimiento del deber, dentro de un espíritu de responsabilidad y ciudadanía comprometida.
Señoras y Señores, El proceso de la justicia transicional en Marruecos constituyó una experiencia única y pionera que supuso un avance cualitativo en el proceso político nacional, permitiendo alcanzar una transición democrática fluida y consensuada, y adoptando buenas prácticas por el camino hacia la culminación de la construcción de los fundamentos del Estado de derecho y de las instituciones.
Así pues, a través de las recomendaciones de la Instancia Equidad y Reconciliación, que igualmente plantearon propuestas relativas a las políticas públicas, además de insistir en la necesidad de reforzar la protección constitucional de los derechos humanos, se ha podido establecer un marco regulador para amplias reformas sociales, incluidas las constitucionales y las legislativas, así como la creación de mecanismos consultivos e institucionales, con el objetivo de poner fin a las violaciones del pasado, consolidando una gestión pública que adopte las reglas del Estado de derecho y haga surgir dinámicas sociales renovadas.
Desde esta perspectiva, Hemos velado por otorgar a los derechos humanos, tanto en la Constitución como en las leyes y políticas públicas, un amplio significado, que abarca desde lo político hasta lo ambiental, pasando por lo económico, social y cultural. Asimismo, hemos creado las instituciones y los mecanismos constitucionales necesarios para la protección de los derechos humanos en sus diversas dimensiones.
En este sentido, Hemos velado personalmente por implementar sobre el terreno el concepto de justicia espacial en las políticas de desarrollo, integrando el concepto de reparación colectiva en nuestros planes de desarrollo y desenclavando las regiones y espacios que no se beneficiaron del desarrollo, en el mismo grado y según las posibilidades existentes, ni tampoco de los ingresos del progreso alcanzado por el Reino de Marruecos. He aquí unas grandes reconciliaciones con la historia y con el espacio.
Por otra parte, este esfuerzo ha permitido a varias regiones de Marruecos, que acusaban una importante falta de desarrollo, superar esta deficiencia, convirtiéndose algunas de las mismas en modelo de desarrollo espacial.
En este marco, hoy, el mundo y los observadores objetivos, reconocen los frutos del modelo de desarrollo aplicado en nuestras provincias del sur, en el seno de la solidaridad, la complementariedad y la justicia espacial entre las provincias del Reino. En efecto, la faz de nuestras provincias del sur ha cambiado para mejor, erigiéndose en zona atractiva para las inversiones y albergando actualmente importantes proyectos de desarrollo, así como grandes instalaciones y equipamientos.
Señoras y Señores, Merced a esta experiencia que se ha granjeado amplios elogios y un gran reconocimiento, a escala internacional, Marruecos ha sido pionero en introducir el concepto de justicia transicional en su entorno árabe y africano, resonando en varios países de la región de Oriente Medio y del Norte de África.
En este sentido, el modelo marroquí ha aportado una contribución significativa al desarrollo del concepto y experiencias de la justicia transicional, impulsándola hacia nuevos horizontes, no sólo a nivel regional, sino también continental e internacional.
Sin embargo, con lo que hemos logrado mediante la protección de los derechos humanos y la seguridad de su respeto, incluso en el ámbito del desarrollo y la construcción de las instituciones democráticas, no significa que hayamos alcanzado la perfección, sino más bien, como el mundo reconoce, el nuestro constituye un modelo de democracia, genuino, arraigado y emergente.
Señoras y Señores,
Esperamos que las sesiones programadas para entablar debates sobre los temas planteados, permitan poner de relieve las buenas prácticas de experiencias de países como Marruecos, especialmente aquellas relacionadas con las interacciones entre los procesos de la justicia transicional y las reformas legislativas, institucionales y constitucionales, así como con el papel de los parlamentos, los actores institucionales y la sociedad civil para apoyar la implementación de las recomendaciones de las instancias de la justicia transicional.
Estamos seguros de que este importante foro constituirá una oportunidad para definir las características y aspectos relativos a las repercusiones de los procesos de la justicia transicional en lo que se refiere a la eliminación de las violaciones de los derechos humanos, activando sus recomendaciones, con vistas a alcanzar reformas sostenibles, en tanto que dos operaciones interrelacionadas para la protección de los individuos y de las comunidades, preservando su dignidad y garantizando sus derechos.
En este sentido, esperamos que la experiencia marroquí venga a ocupar el destacado lugar que le corresponde en vuestros debates y análisis, ya que constituye una de las características e hitos de nuestra historia política contemporánea, cimentada en las profundas raíces históricas del Estado marroquí.
Al dar la bienvenida a todos los participantes en este simposio internacional, rogamos a Dios Todopoderoso corone con pleno éxito vuestros trabajos.
“Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh»