El Manifiesto de las Palmas propugna solución a la cuestión saharaui mediante la ONU

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Durante estos dos días, nos hemos reunido aquí para hablar de nuestro querido Sáhara, no por el largo y difícil camino recorrido hasta hoy, sino por el emocionante futuro que se muestra ante nuestros ojos sin duda repleto de bienestar y prosperidad. Un futuro de todos y para todos los saharauis. Un futuro que llegará más pronto que tarde siempre que no le demos la espalda a los vientos de cambio que hoy en día están emergiendo con respecto a esta cuestión.

Un futuro que, en definitiva, sirva para dejar atrás los oscuros días llenos de padecimientos y sinsabores que ensombrecían nuestro horizonte, en aquel permanente viaje a ninguna parte en el que un día nos vimos embarcados por aquellas personas que anteponen su interés personal al interés general de los saharauis, perpetuando este conflicto hasta los límites de la extenuación.

Hoy estamos ante un día histórico. Estamos ante un día especial. Nos hemos reunido aquí, en la bella Gran Canaria, en la orilla de enfrente, miembros de la autoridad tradicional saharaui, políticos y académicos de renombre y, en resumen, aquellos que estamos de parte de la solución y no del problema. Estamos, en definitiva, ante una ola de razones para creer y de una ola de razones para cambiar.

Efectivamente, tenemos la posibilidad de contribuir a ese cambio. Pero para ello creemos necesario e imprescindible, impulsar los mecanismos necesarios mediante los cuales este diferendo pueda acercarse a su resolución con mayor prontitud. Los cuales son:

1º Reforzar la confianza en el papel de la ONU como elemento vertebrador de una solución de compromiso. En ese sentido creemos fundamental a corto plazo, aumentar los espacios de diálogo con la participación de nuevos liderazgos, como podrían ser los notables saharauis, el propio Movimiento Saharauis por la Paz u otras corrientes politicas, para salir del formato del círculo vicioso y así intensificar los esfuerzos en la búsqueda de un acuerdo para esta cuestión. Igualmente debemos apoyar al enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, y pedirle que redoble los esfuerzos desde la ONU con la finalidad de avanzar de manera constructiva en la resolución de este interminable proceso político, así como de evitar que se vuelva a la tradicional situación de estancamiento. Por último, le rogamos encarecidamente una mayor voluntad en hacer respetar el alto el fuego, con el fin de evitar que se produzcan mas víctimas.

2º Aplaudir y recibir rotundamente como un hecho muy positivo, la nueva postura del Gobierno de España con respecto a esta cuestión. En ese sentido, la salida de España de su tradicional ‘neutralidad negativa’ refuerza y favorece su papel como intermediador principal en una dinámica España-Unión Europea, con objeto de una mayor implicación de esta última en aras de lograr con más celeridad avances en la resolución de esta cuestión. Esperamos que el Gobierno de España no ceda a las presiones de aquellos que quieren perpetuar esta situación y se mantenga firme. En ese sentido, pedimos también a los partidos de la oposición españoles, una postura más constructiva y menos egoísta en este asunto, que este por encima de ajustes de cuentas  y cálculos electoralistas, especialmente tratándose de  un tema tan sensible como el que nos ocupa.

3º Poner en valor y reforzar el papel de la autoridad tradicional saharaui, representada por sus notables o chiujs, cuya autoridad tribal fue cuestionada por otra que pretende arrogarse de manera perpetua la representatividad de la población saharaui a modo de ‘título eterno’, sin ningún proceso democrático que lo legitime

4º Advertir de los efectos negativos que trae la persistencia de esta situación con el paso de los años. Sin duda, la tensión permanente en la región resulta dañina a ambos lados del eje atlántico-mediterráneo. Acabar con esta situación tan pronto como sea posible se hace del todo necesario, ya que ayudaría a rebajar dicha tensión y a estabilizar la región en un mundo, el de hoy en día, repleto de sobresaltos y escenarios bélicos. Una estabilidad de la que también se beneficiarían las Islas Canarias, especialmente en lo relativo al intercambio cultural y económico con nuestros vecinos y hermanos.

5º Recordar, por último, y de manera muy especial, a todas esas familias fracturadas desde hace décadas por la intransigencia de unos pocos. Se hace pues imprescindible una solución que a su vez permita una inmediata reunificación familiar, que conlleve una vida digna, una progresión social y, en definitiva, el poder disfrutar dentro de su propia tierra de los recursos que para ello esta le ofrece, dejando atrás las penurias del exilio en el desierto. Entendemos que en la propuesta de autonomía está el punto de partida hacia la solución de compromiso y hacia una nueva era en la que caben todos, y en la que todos puedan prosperar en paz y concordia.

Estas son las bases sobre las que creemos se debe cimentar el cambio. Y hoy estamos aquí para dar el pistoletazo de salida a ese cambio. Un cambio que tiene como objetivo construir un Sáhara mejor, pensado por y para las personas. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro compromiso con ello.

La nuestra es una historia de lucha contra las adversidades, una historia de superación. Es una historia de esfuerzo colectivo en el que el trabajo de todos debe servir para levantar un futuro mejor, una historia que debe estar alejada de líderes tóxicos e inquisitorios, cuyo fracaso como dirigentes ha quedado demostrado a la luz de los hechos. Es la historia de unas gentes, las del desierto, que tienen razones para creer que todavía están a tiempo.

Están tiempo de acabar con esta desgracia, antes de que esta desgracia acabe con ellos.

Muchas gracias.

Las Palmas de Gran Canarias, 23 de septiembre de 2022.