-Un infierno que nos recuerda que hay seres humanos que sufren y son olvidados. – La gente quiere volver a su país, a las ciudades marroquíes, al territorio del sur de Marruecos, donde habían estado, pero…
Luis Miguel Cobo*
Eran las seis de la tarde, llamaron a mi celular, respondí sin ver quién llamaba, no acostumbro a responder llamadas que no están registradas en mis contactos. Fue una voz femenina, se escuchaba joven, preguntó por mí, —¿Sr. Luis Miguel Cobo? —¿Quién le llama? —Pregunté de inmediato luego de reconocer el error de haber contestado a la llamada, que fue, sin darme cuenta. Escuché sin aceptar nada, solo dijo, —espere un momento por favor…
Luego de un instante llegó la voz masculina, —sí, hola, soy Ahmed (el nombre fue cambiado por seguridad), yo quiere hablar contigo, quiere entrevista por favor, es para tu revista que veo mucho hace tiempo, miré artículo de la reunión en la UNAM por Marruecos y México, ¿se puede hacer entrevista?
—Bueno mira, —le respondí, —dime quién eres y de qué será la entrevista, ¿para qué?
No tardó mucho en responder, seguramente pensaba en su español al estilo árabe que aprendió sin duda alguna en España. Solo dijo una palabra, la que nunca hubiera querido escuchar en la voz de un africano marroquí árabe, de un completo extraño, de quien no conocía ni sabía quién era, lo dijo luego de unos segundos, —“Tinduf…”
Quedé mudo, sorprendido sin saber qué decir, o cómo decirlo, pensaba al segundo en decenas de imágenes que había visto desde hace años en internet, desoladas sin alma coherente alguna o sin seres humanos que fueran humanos, las imágenes matan las ideas y los sentimientos saltan queriendo huir de la imagen, prefiriendo ver imágenes del Sahara infinito sin final alguno, limpio y ardiente por el sol, amarillo con tonos cafés y beige, una gama de colores combinados con el cielo azul que atraen la belleza del lugar aparentemente sin vida, así lo pensé y prefería antes de ver algo del Tinduf…
Con voz temblorosa del periodista que sabía muy bien hacia dónde iba pregunté, —pero dime ¿por qué o para qué? Quero decir, ¿de qué se trata?
—Tu verás respuesta del tema que traigo que tengo para ti, —respondió de inmediato sin dudarlo, —vivo allá y tengo familia encerrada en el lugar, yo sé que gustará para tus lectores, estoy seguro, ¿quiere hablar de tema Tinduf? ¿Podemos…?
—Sí, —le dije sorprendido, —¡claro que sí, por supuesto!
No hablamos más, tampoco dijo dónde y con quién vivía, solo quedamos de vernos en la cafetería en la colonia Polanco que me gusta. Luego de haber cortado la llamada traté de contactar y no respondió nadie, siempre me mandó al buzón, al parecer nunca apagaban ese teléfono, una duda que tenía hasta el día que nos vimos. Ya no importó después de habernos conocido en persona conversando detrás de una taza de café.
Llegó puntual, yo lo esperaba diez minutos antes de las diez de la mañana, hora agendada. Sin darme cuenta se acercó y preguntó por mí cuando me localizó por la boina negra que le dije tendría puesta, además de la chamarra de mezclilla que vestía ese día.
Él de altura media, moreno de ceja ancha y labio pronunciado, cabello lacio y corto color negro azabache. Ojos negros y barba cerrada a medio cortar. Vestía una camiseta blanca de media manga y pantalones de mezclilla medio acabados, los de moda. Cargaba en la mano un suéter color gris delgado y llevaba en la mano una gorra de México, las que utilizan los turistas para decir que les gusta el país, una gorra fina comprada en alguna boutique cara.
Tomamos asiento en una de las mesas del fondo, no le quitaba los ojos de encima y miraba cada que podía a mi alrededor, ya sabía de algunas trampas de embajadas o grupos pro Saharaui, de todas formas, quedé viendo a la puerta por cualquier cosa que pudiera pasar, no sería la primera vez que me abordaran así para decirme alguna amenaza por lo publicado en este informativo de ya doce años de existencia. Me confié demasiado y sin dejar de observar cada movimiento que hacía le pedí, de la mejor manera que comprendiera que por seguridad apagara su teléfono celular que no soltaba, le advertí que grabaría la entrevista en mi grabadora, para mi sorpresa de inmediato apagó su teléfono dejándolo sobre la mesa a un lado de su taza, yo guardé el mío, sin apagar, en la bolsa interna de la chamarra.
Después de habernos presentado y decirme Ahmed de dónde venía y hacia dónde iba, comenzamos con la plática, más que una entrevista, este es un diálogo realizado por el joven marroquí, porque él aseguró que era marroquí, nunca argelino.
—Dime por favor, ¿de qué se trata o para qué quieres hablar a La Voz del Árabe? ¿Qué quieres decir?
—Yo no quiere hablar a La Voz del Árabe, mi deseo es transmitir lo que es Tinduf a México, los mexicanos, que se enteren de qué hay allá y cómo vives allá en Tinduf, lugar que no es de Marruecos, es argelino.
—Pues bien, ¿estás de vacaciones en México o solo vienes de vista?
—Yo solo quiero hablar de Tinduf…
—Bien, —le dije ignorando su respuesta y evitando decir a qué vino a o por qué estaba en México, —platícanos de qué se trata ese lugar que nadie lo conoce o se quiere conocer en México, nadie sabe de lo que se vive allá, pero sí sabemos que es un infierno completo.
—Pues sí, gracias por la entrevista. Tinduf la verdad es una zona donde están secuestrados nuestros cercanos, nuestros miembros de familias, que son marroquíes que están secuestrados ahí, que quieren regresar a Marruecos, pero Argelia junto con polisario, los dos están haciendo muchísimos esfuerzos para dejarlos ahí secuestrados en el territorio, porque Argelia quiere ahí fundar una república, lo que llaman república saharaui, para tener beneficios y poder salir al Atlántico, y por Marruecos al mar, esto es lo que no puede ser, porque lo que se está viviendo ahí en Tinduf es algo horrible hablando de ahí, no hay agua, no hay luz eléctrica, las condiciones más esenciales para una vida digna no están.
La gente quiere volver a su país, a las ciudades marroquíes, al territorio del sur de Marruecos, donde habían estado, pero… —guardó silencio un momento, miraba a uno y otro lado, al cielo, estábamos en una terraza y al final encendió un cigarrillo, el nudo en su garganta por un llanto oculto era visible, natural en quien ha vivido esas atrocidades, luego de unos segundos continuó, —diría yo, quiere volver a su país, pero está secuestrada ahí, ¿cómo puedes volver si estás secuestrado? En un terreno dentro del Sahara, sobre un territorio argelino, y tú eres como ciudadano y no tienen ni dinero, ni beneficios, ni medios para poder llegar para volver a Marruecos, por ejemplo, o para poder ir a otro país porque nosotros estamos hartos de esa vida que tienen ahí, que la gente no tiene nada, ni luz ni electricidad, no hay televisiones para saber lo que sucede en el mundo fuera de ahí, ni tampoco buena educación para nuestros niños, ahora a nuestros niños se les está adoctrinando en el armamento… Los niños normalmente en todo el mundo necesitan tener una buena educación, tienen acceso a la escuela. —Guardó silencio un momento, pregunté,
—¿Por qué dices que están secuestrados? ¿A qué te refieres con secuestrados, no te permite la autoridad salir de ahí? —Me miró de frente sin hacer un solo gesto y respondió,
—Secuestrados porque no puedes salir, primero porque no tienes medios para salir, estás encerrado dentro de un Sahara (desierto), sabemos que dentro del Sahara se puede perder uno, es un territorio que está muy lejos de Marruecos, muy lejos de las ciudades de Argelia, muy lejos de Mauritania, a miles de kilómetros, entonces ¿cómo podrías tu como ciudadano si quieres escaparte, no hay transportes, no hay nada para llegar ahí, es todo un desierto, por una parte. Por otra parte, tu no puedes salir, no te dejan, los que están ahora ahí, los que se dicen que son autoridades de la república, que dicen la república del saharui, los separatistas, que quieren separarse del territorio de Marruecos no los dejan, no dejan a la gente salir de ahí, ¿cómo puedes tu salir…?
Ellos vienen en aviones de Argelia, en coches de Argelia, y la mayoría de ellos, de los líderes no viven ahí, no en los campamentos, viven fuera, en hoteles de lujo, en casas de lujo, viven su vida bien, sus hijos tienen muy buena educación en otros lugares o países, pero nosotros como ciudadanos normales que tenemos derechos a una vida digna no se puede, no podemos, y aunque a veces uno se quiere salir, tampoco hay medios de comunicación para comunicarte con el mundo externo, para por ejemplo pasar tu mensaje al mundo externo, para decirles que queremos volver, que queremos tener un vida digna, que nos lleven a otro lugar sea como sea pero fuera de ahí, uno está harto de vivir ahí, ¿entonces? —Nuevamente guardó silencio viendo hacia la nada, pensaba tomando un sorbo a su café y las últimas fumadas a su cigarro, luego continuó,
—Al mismo tiempo nos dicen, se escucha y nos cuentan que, en otro lado, en Laayun, en Dakhla, en Lagouira, en ciudades que ahora están en territorios de Marruecos hay muchísimo desarrollo, mucha educación, muchísimos servicios y muchos beneficios, una vida digna con mucha infraestructura, una vida donde se puede trabajar, porque en ese territorio no se puede tener nada de eso, no hay nada…
—Dime algo muy importante Ahmed, ¿cómo es que llega la alimentación, el agua a Tinduf? ¿Cómo es esa parte? Porque se ha publicado que Argelia les envía siempre los víveres, ¿es verdad?
—Bueno, el problema es que Argelia y los líderes del polisario lanzan llamamientos a todo el mundo, a los países que los apoyan para darles acceso y para ayudarles con ayudas humanitarias, sin embargo, eso no llega a ciudadanos o gente normal, no llega tal como debería ser. Por ejemplo si un gobierno te da mil millones de dólares para que ayudes a la gente que está ahí secuestrada, encerrada que está ahí sufriendo, no, no le das nada y solo llevan agua en esas camionetas grandes como cisternas o como se llaman, y luego despachan el agua teniendo solo derecho a una cantidad de agua cada día, por ejemplo son como cinco litros cada día, con esos litros tienes que ducharte, tienes que comer y tienes que beber, tienes que hacer muchas cosas, también los alimentos solamente lo básico, lo que nos llega ahí, arroz, pan, lenteja, alubias, si le dices a alguien ¿qué es calamares? No, no se sabe lo que son, ¿carne? No, una vez cada cuánto… Pero pescado tampoco, frutas, así que se ven en todo el mundo, de temporada, no, nada de eso, no se sabe qué es piña, qué es pera, uva, plátano, de eso nada, no se conocen porque no los comen, no llegan…
Al escuchar eso dentro de mí llegó el deseo más grande de levantarme e irme, podía escucharlo todo, fuera lo que fuese, pero imaginarlo era un infierno, inaudito y con el deseo más grande no saber ni reconocer lo que estaba escuchando, no podía ser que hubiera seres humanos secuestrados dentro de un desierto en medio de la nada. Guardamos unos segundos de silencio, él seguramente pensando y yo imaginando la próxima pregunta para tartar de cambiar el tema, aunque era imposible.
—¿Qué pretende Argelia con mantener ahí “guardados”, por decirlo de alguna manera, o secuestrada a esa gente, se ha dicho que es un infierno, pero ¿es tan fuerte realmente como un infierno?
—Es mucho más que un infierno, —hablaba Ahmed apretando sus manos y mirándome de frente, sus ojos se encendían vidriosos por un sentimiento que llamaba al llanto, continuó diciendo, —el Polisario, sabes que los estados generalmente, normalmente para tener un estado debes tener ciudadanos, dinero, una economía digamos estable, y armas, para fundar ahí un país no se puede si no hay ciudadanos, por eso nos están manteniendo ahí, para decirle a la comunidad internacional que sí, que hay ciudadanos que quieren fundar un país, porque si llegan unos líderes y quieren fundar una república, ¿cómo la puedes fundar si no hay ciudadanos? Si todos ellos lo único que quieren es volver a su territorio que es Marruecos, por eso tienen ahí a la gente como respaldo, para decirle a la comunidad internacional que hay muchísima gente que están esperando tener su propio país, su propia república, pero en realidad no es así, estos son escenarios de Argelia con el Polisario y con otros países que no tienen buna relación con Marruecos, son los separatistas.
Si hablamos de la historia, nosotros, la gente del Sahara conoce el territorio más que nadie, y nunca ha estado ahí un país, una república desde hace muchísimo tiempo, desde… estamos hablando del año 500 más o menos, incluso antes de la llegada del islam a esa parte, la llegada de los árabes, había solo un territorio ahí que se llamaba el Magreb, no Argelia existía ahí, y vemos que el territorio que ahora está en conflicto, las provincias del sur de Marruecos, siempre han sido de Marruecos, incluso hasta una parte de Mauritania, el problema surgió con la ocupación española, porque fue un tratado con Francia y con Estados Unidos, pero cuando se fue Francia quedó España con ese territorio del sur, pero cuando se fue España entonces quedó solo ese territorio pero era de Marruecos siempre, y entonces ellos querían la independencia pero ¿de qué?
—El haber puesto en ese lugar a Tinduf, al sur de Marruecos, casi pegado al Sahara Marroquí o el Sahara Occidental antes, fue solo para estar molestando y apropiarse de la zona para entrar al océano, ¿cuál es el hecho de estar ahí Tinduf?
—Tinduf es el lugar más cercano al territorio marroquí, de las fronteras de Marruecos es el punto más cercano, recordemos que es un territorio argelino, no tiene nada que ver con Marruecos, está en el Sahara occidental de Argelia. Cuando ese frente surgió y quiere reivindicar hablando de un frente ficticio ahí, como siempre Argelia tuvo problemas con Marruecos de todo tipo, económicos y políticos, quieren romper el liderazgo de Marruecos en África, lo quieren crear tratando de hacer una república ahí en el territorio para tratar de debilitar a Marruecos, entonces hacen Tinduf ahí, pero eso amenaza la paz en toda la región.
—Pero esa parte la quiere Argelia disfrazada de Polisario para tener acceso al océano, por eso pelan el saharaui, ¿cierto?
—Sí claro, no estamos hablando de pueblo saharaui, porque el pueblo no está de acuerdo, el pueblo quiere regresar a su país que es Marruecos, quiere vivir una vida digna, el problema es que Argelia en cooperación con esa gente que se llaman líderes de los que reivindican fundar una república ahí, porque el objetivo principal de Argelia es tener paso por ahí al Atlántico, además de extender su territorio, realmente no estamos hablando de un pueblo que quiere su independencia, ¿de qué?, no estamos hablando de un pueblo que quiere su separación, porque independencia nunca hubo ocupación, hubo sí pero española, España ya salió de la zona, lo que ellos quieren es separatismo, separarse de Marruecos, pero en realidad no hay un pueblo, así propiamente dicho, lo sabemos nosotros los saharauis, no hay un pueblo que quiere su separación, todos quieren regresar a Marruecos, y los que vivimos ahora en las ciudades de Laayun y Dakhla estamos satisfechos con el reino de Marruecos, tenemos un cuerpo electoral, tenemos nuestros representantes que son puramente saharauis, son líderes de tribus y los conocemos que se presentan a las elecciones, votamos y tenemos todos los derechos como los ciudadanos del norte, del centro de Marruecos, como de todo el mundo, tenemos derechos al agua, a la electricidad, alimentación, educación, etcétera, etcétera, y entonces ¿por qué a nosotros nos interesaría separarnos de nuestro país que es un país donde tenemos la identidad y lo tenemos todo?
La solución más correcta para solucionar este problema es la autonomía que promueve Marruecos, esa misma como la hay aquí en México, que está en España, que cada comunidad o cada estado tiene su autonomía, su propio gobierno, que va dependiendo del gobierno central, que tienen sus propios fondos y todo eso…
—Esa autonomía es lo que promueve y ofrece Marruecos?
—Sí, claro que sí, es la solución más ejemplar para salir de este conflicto, esta debe de ser la mejor solución, el rey difunto Hassan II lanzó un llamamiento para que regresaran al país teniendo sus propios fondos y todo eso, es que es la solución más ejemplar para salir de este conflicto, y a raíz de ese llamado muchísimos líderes del polisario regresaron a Marruecos, están ahora en Dakhla y en Laayun, y están en otras zonas viviendo muy bien… Mira, si a esa gente que vive en Tinduf se les ofrece en una sola ocasión, solo una o dos horas para que regresen a Marruecos, pues aseguro bien que en tan solo en una media hora se van a salir todos… Porque mira, estamos hablando de una vida digna, hablamos de poder vivir, no estamos hablando de imaginaciones. Argelia tiene beneficios ahí, quiere salir al mar, pero ¿por qué implicar al pueblo saharaui? No se entiende humanamente…
Mientras más escuchaba más imaginaba, más se retorcía la mente tan solo viendo a esa gente moviéndose en aquellas imágenes que ya conocía por el internet, en la nada sin absolutamente nada, en ese lugar que se ha olvidado por las grandes fuerzas humanistas del mundo, por aquellos que a diario rezan sus párrafos escritos desde hace años para hacer creer al mundo completo que por ellos se salvan vidas y otras comen diario, sabiendo esto de Tinduf todo se trasforma en tan solo fotografías y mentiras al por mayor, sin principio ni fin la vida buena o mala continúa, así seguirá reinando la diosa injusticia que para muchos es su modus vivendi, fue cuando de pronto le pregunté la gran duda que se puede tener después de escuchar todo lo hablado por Ahmed,
—¿Cómo es un día normal en Tinduf?
—Un día normal en Tinduf es… tienes que levantarte por la mañana, ir a buscar agua, ir por sacar leche de camello en distribuidor, también poco de dátiles, poco de pan, vas caminando en pura arena, no tienes una casa, vivimos en carpas, no hay el concepto de la cocina, el salón o el dormitorio, eso no existe ahí, baño eso no, tienes que salir a una zona separada y en la arena heces las necesidades, un baño digamos normal como conocemos, no hay…
—¿Y cómo lavan la ropa?
—Si tienes ropa a lavar, con esos cinco litros de agua que te dan podrás lavar, ¿sabes si quieres duchar? Pues tienes que ducharte en un baño con esos cinco litros, o tres litros en un baño para que se queda esa misma agua y usarla en otra cosa, usarla en lavar la ropa o lavar los trastes…
—Con lo que estás diciendo se puede entender, como occidental que ha vivido en México, se puede entender que la sanidad está perdida, no hay… Las enfermedades deben estar a la orden del día, toda la gente de ahí debe estar enferma, contaminada de cualquier cosa, los microbios y bacteria deben abundar en todos lados, ¿cierto?
—Sí, tienes razón, pero cuando la persona nace en unas condiciones como esas pues convive con las bacterias desde niño. Por ejemplo, un occidental si va a ir allí dentro de un día o dos días se va a poner enfermo, sin embargo, allí es una vida horrible, como si fuera la nada que nada tiene que ver con la globalización que siempre estamos escuchando, con las nuevas tecnologías…
—O sea que es un lugar propiamente en la nada, enclavado en la nada… —lo interrumpí,
—En la nada, cierto. Pero los que se aprovechan, sí, son los líderes y sus parientes, ellos sí, mandan sus hijos a Cuba, a otros lugares para estudiar, para no se qué… Y gritan de ahí “queremos la independencia” ¿de qué?, pero la gente de ahí no, y nuestros hijos que están ahí no hay escuela, son analfabetos, no saben nada más que lo que ven ahí…
—Me han dicho que es un lugar muy peligroso, ¿en qué consiste el peligro? ¿Yo podría ir y meterme en ese lugar, aunque sé que no es recomendable?
—Ir, ir por ejemplo y entrar, no puedes entrar. Primero no puedes llegar ahí sin la ayuda de alguien. La ayuda de quién ¿de Argelia o de Polisario? Marruecos no te puede llevar ahí porque es un territorio argelino. Por otra parte, si vas por Argelia, entonces te van a decir que tienes que apoyar nuestra idea que es el separatismo, como tú, por ejemplo, eres de otro país, internacional, debes venir, escribir y decir que ahí todo es bien y está todo magnífico, que todo es bonito y que la gente ahí no quiere su independencia, o sea te ponen algunas condiciones si quieres entrar. Pero entras así solo, si consigues una forma de entrar, claro que te van a matar,
—¿Es verdad, cierto?
—Claro, porque van a pensar que tu vienes para sacar información para ver la realidad, para sacar la verdad al mundo, a ellos eso les molesta, no les conviene, no quieren que el mundo sepa la realidad de todo esto,
—¿Cuánta gente hay ahí?
—Digamos que entre 15 y 20 mil personas. El problema es que estamos hablando de un cuerpo militar que tiene relación con el cuerpo militar de Argelia, es puro terrorismo, si hoy en día tu en los campamentos de Tinduf como ciudadano, como persona normal, te levantas por la mañana y sales y dices miren pues yo quiero regresar a Marruecos, o quiero ir a Mauritania, yo no quiero quedarme aquí, pues te van a matar…
—¿Así de fácil?
—Sí, te van a matar y enterrar ahí mismo y ya está. No puedes decir nada.
—¿No hay una mezquita ni nada de eso?
—No, solo hay la arena… Solo hay carpas y nada más. Sales ahí ves solo arena.
—¿No hay tampoco escuelas?
—No hay escuelas, ni un hospital ni nada, solo lo que hay es que cuando vinieron por ejemplo un responsable de Naciones Unidas para visitar y sí entran. Mira, cuando el secretario general de la ONU visitó ahí, dijo que había niños militares, es que ¿cómo podrías darles armas a esos niños y enseñarles los trucos militares? A esos niños que en realidad deberían de estar en la escuela, que deberían jugar, desarrollarse como niños disfrutando su niñez, luego su juventud, eso no sucede.
Entonces cuando un responsable de la ONU o cualquier persona que va a venir de la entidad internacional, ponen carpas con el lema de hospital y llevan personas de Argelia para hacerles creer que sí es un hospital, Cuba también ayuda, y así hacen su teatro, pero una vez que se van todo regresa a la normalidad de Tinduf.
—¿Podemos decir en pocas palabras sin faltar al respeto, en ese lugar viven zombis?
—¡Claro! No hay nada, así es la pobre gente que vive ahí…
—Está toda esa gente olvidada por todos, por el mundo, por Dios…
—Así es… están separadas de todo el mundo, de todo lo que es urbanización, de todo lo que es tecnología, celulares, computadores, de la educación, aun sabiendo que la gente de ahí tiene mucho talento. Si los niños salen de ahí y vuelven a Marruecos pueden estudiar y tener muy buena educación, son muy inteligentes, sin embargo, se les deja ahí sin educación, analfabetos, sin nada.
—Acabas de decir que “vuelven a su tierra”, entonces ¿son marroquíes?
—¡Hombre que sí! Son marroquíes nacidos en territorio marroquí y raptados, por eso digo “secuestrados”, porque ellos son nuestros primos, tienen familias que viven en Laayun, en Dakhla, todas son tribus y tienen familias, incluso tienen hermanos, uno que está secuestrado en Tinduf y el otro que está en Laayun, es algo verdaderamente horroroso…
—¿Cuáles han sido las últimas resoluciones de la ONU para Tinduf?
—Si mal no recuerdo es la última que es la autonomía allí en territorio, que apoyan al plan propuesto por Marruecos para autonomía del sur, esto es la mejor solución para salir del conflicto, estamos dentro de un territorio marroquí más grande, global con una autonomía, nuestro propio gobierno, todo eso que nos permite vivir en paz y bien dentro de un país que es Marruecos. La ONU no apoya el referéndum, porque no se define el cuerpo electoral, por eso cuando preguntaste cuantas son las personas, Argelia no quiere contar los habitantes porque no le conviene, si los cuenta tendrá problemas con la comunidad internacional, los deja ahí para que nadie sepa cuántos viven en ese lugar secuestrados, y para jugar con las cifras según el problema, una vez son cien mil y otras solo veinte mil, ellos no quieren contarlos, por eso la autonomía es la fórmula más coherente para llegar a una solución adecuada, más lógica para que vuelvan nuestros primos que están secuestrados en Tinduf, para que puedan vivir una vida “normal” porque ya están hartos de ese lugar.
—¿Cómo se vislumbra el futuro para esa región?
—Puede ser bueno, se están moviendo mucho para lograr la autonomía, España y otros países apoyan mucho a Marruecos, sobre todo España quienes conocen muy bien la zona. Estados Unidos también apoya a Marruecos, Alemania también apoya el plan de autonomía marroquí. Esto es muy positivo para que ya se soluciones este problema que lleva muchos años.
—¿Cuál es la posición de Argelia y el polisario ante este problema? ¿Qué dicen?
—Ellos dicen que está esperando que la comunidad internacional los reconozca como una república, así pedir a Marruecos que salga de las provincias del sur, así hacer su propia república, eso es lo que quieren el polisario y Argelia, pero sabemos que Argelia lo quiere solo para un camino, tener salida al Océano… O sea que ahí tiene beneficios políticos, económicos, el polisario espera que un día el mundo les de la razón y tenga su propia república ahí, pero eso no es cierto, ¿por qué? Pues porque las personas que estamos viviendo en las provincias del sur no queremos una república, eso es muy claro, aunque los reconociere todo el mundo, no queremos separación, queremos vivir en ese territorio siempre y en paz como territorio marroquí…
Con esta plática se puede confirmar que el infierno una vez más está en la tierra no en otro lugar…
*Luis Miguel Cobo – Escritor y periodista desde hace más de 30 años, ha trabajado en medios informativos mexicanos y como gerente de Prensa & Relaciones Públicas en varias empresas trasnacionales. Fotógrafo profesional acreedor a varios premios y un sinnúmero de exposiciones. Cofundador y Director General de La Voz del Árabe.
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La Voz del Árabe (LVÁ) – ESPECIALES – Cd. de México, septiembre 21 del 2022
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