Larga ha sido la relación entre árabes y judíos. Un intercambio que no sólo ha cambiado la faz cultural de ese país norafricano, sino que le ha imprimido una nueva esencia de cordialidad, fraternidad y solidaridad.
Esta amistad árabe-judía se ha visto sometida a diversas presiones a lo largo de una historia común. Una de esas fue cuando la Francia de Vichy intentó someter a Marruecos a los designios de la Alemania hitleriana y su política antijudía. El entonces rey Mohammed V, padre del actual monarca Mohammed VI, enfrentó al gobierno autoritario cobijando a sus súbditos judíos con la famosa frase: «En mi país no hay judíos, sólo hay súbditos»; una frase que mostraba la extraordinaria unidad ante la adversidad.
A más de 70 años de esa situación, un grupo de rabinos celebraron una conmemoración religiosa para pedir por la salud del Rey Mohammed VI, quien ha sido un amplio precursor del respeto por la libertad de culto.
El Rey Mohammed VI, de 56 años, ha orientado la política de su reino hacia la creación de un país donde los distintos pueblos puedan convivir sin riesgos ni amenazas.
Recientemente, el monarca marroquí ordenó restaurar 119 cementerios y tumbas de rabinos prominentes en una acción que muestra un claro compromiso por salvaguardar el legado de los judíos.
Marruecos recibe la visita de más de cien mil israelíes al año, muchos de ellos han considerado a ese país como una opción segura para establecerse, debido a las garantías ofrecidas por el Rey Mohammed VI y su política de inclusividad cultural.
Es por ello que la comunidad judía lo enalteció mediante un ritual que aboga por su vida y su salud del monarca con menciones como la siguiente: «Que el Rey, de Reyes, nos muestre su misericordia y se eleve por encima de todo el planeta y su constelación. Que extienda su sabiduría y nos haga partícipes de su reino enaltecido».
Ahora mira el video del ceremonial en honor al Rey Mohammed VI.