¿Qué hay de nuevo en la Luna?

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Este año se cumplieron 50 años de la llegada del hombre a la Luna. Como si fuera una nueva carrera por alcanzarla varias potencias espaciales, entre estas algunas de las más recientes como China, India e Israel, han comenzado a lanzar operaciones hacia el único satélite natural de la Tierra. ¿Qué mueve a estos países, además de Estados Unidos y Rusia, los líderes espaciales tradicionales, a una nueva escalada lunar?

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Una razón es que ya no hay nada más que explorar en la Tierra, esa pauta la dio la Antártida, región polar que se ha dado por hecho que es la última en lograr su conquista, tras haber superado las adversidades geográficas que imponía a su exploración y permanencia.

Por otra parte, se trata del siguiente paso que el hombre debe dar en su viaje por llegar a Marte. Una decisión lógica, pero que luce muy atrasada en tiempo, pues la tecnología no parece haber avanzado a planos superiores desde que Neil Armstrong piso el suelo lunar el 19 de julio de 1969.

Medio siglo de la llegada del hombre a la Luna

Hasta la fecha se sigue cuestionado que Estados Unidos haya realmente llegado a la Luna. una de las sospechas más acuciantes es la suspensión de operaciones hacia el satélite natural, durante medio siglo. Washington autorizó sólo seis misiones Apolo. Aunque la de Armstrong, Aldrin y Collins fue la más famosa, otros astronautas también pisaron suelo lunar en el Apolo 12 (1969), 14 (1971), 15 (1971), 16 (1972) y 17 (1972). En total, la historia oficial tiene registrados a 12 hombres que han dejado sus huellas en la Luna.

La costosa inversión norteamericana para que estos hombres lograran la experiencia que tienen, se está perdiendo en limbo. De hecho, ya sólo quedan vivos cuatro de esos astronautas, a saber: Buzz Aldrin, único miembro sobreviviente del famoso Apolo 11; David Scott, del Apolo 15; Charles Duke, del Apolo 16 y Harrison Schmitt, del Apolo 17. Todos ellos rondan poco más de los 85 años.

Al parecer, ya son considerados como piezas de museo humano en la historia espacial de la NASA.

China y la Chang´e 4

El caso de China parece ser más industrial que la búsqueda de conocimientos cósmicos. Beijing es actualmente una de las principales potencias económicas del mundo. Desde su origen en 1949, la República Popular de China tuvo en la mira ser uno de los mejores protagonistas del orbe. Lo ha demostrado en los deportes, en el comercio, la economía, la ciencia y ahora busca su intervención fuera de las órbitas terrestres.

El 7 de diciembre de 2018 lanzó su programa Chang´e, una sonda lunar transportada por un cohete Larga marcha, también hecho en casa. Fue orbitado el 30 de diciembre y el 3 de enero de este año, logró alunizar sin mayores problemas. A diferencia de los estadounidenses, los chinos prefirieron hacerlo en una parte de la cara oculta del satélite.

Su vehículo Rover se desprendió de la sonda Yutu-2 poco después del aterrizaje. El vehículo ha estado explorando el suelo lunar desde entonces y bajo el rigor de temperaturas de más de 180 grados bajo cero. En mayo pasado halló minerales extraños, lo cual fue considerado como una hazaña en el conocimiento del origen de la Luna y, de paso, de la Tierra. Los chinos están interesados en mejorar las comunicaciones y controles móviles a distancia y en la gran cantidad de recursos minerales que puede aportar a los objetivos de su industria espacial.

El programa Chandrayaan-2 de la India

En 2008, la India logró alunizar la sonda Chandrayaan-1 con cuyas imágenes pudo crear un mapa en 3 dimensiones de la superficie lunar.

Sonda espacial Vikram, de la India
Sonda espacial Vikram, de la India. Foto AFP.

Sin embargo, el segundo programa Chandrayaan-2 no tuvo el mismo éxito, pues el módulo Vikram perdió contacto con la base espacial a sólo dos kilómetros de llegar a la superficie. A diferencia de China, la India prefirió lanzar su programa lunar hacia el polo sur del satélite terrestre. hasta el momento se desconocen las causas que originaron la pérdida de contacto. De haberlo, logrado, sería la cuarta potencia espacial en haber logrado un descenso suave en la Luna.

La misión india, por cierto, ha sido la más económica de todfas cuantas se han registrado. Sólo para que lo sepas, su presupuesto 170 mil millones de dólares, en comparación la película Avengers: Endgame consumió más del doble para ser filmada. En 2014, Nueva Delhi también lanzó una sonda a Marte a un costo de 74 millones de dólares, mientras que la misión estadounidense Maven se realizó a un costo de 90 veces más.

El programa Bareshit de Israel

Israel no se quedó en sus intentos por llegar a la Luna. En abril pasado logró lanzar su programa Bareshit (Génesis), a cargo de la compañía espacial Spacell y grupo estatal Industria Aeroespacial de Israel (IAI). La idea era enviar una sonda no tripulada al suelo lunar, sin embargo el módulo se estrelló apenas llegó. El eslogan de la misión era: «Un pequeño país, grandes sueños»

La base terrestre de la IAI, ubicada en Yeshud, Israel, y desde donde se controlaban las operaciones reconoció que hubo una falla en el aparato, lo cual frustró los intentos del estado judío de consolidar su presencia en la Luna. Algo que destacar de este programa es que fue financiado con donaciones privadas y no estatales, como ha sucedido con las anteriores. Asimismo, su importancia fue totalmente educativa.

En acción: Proyecto Gateway, Puente a la Luna

Proyecto modular Orion, eje central del programa multinacional Gateway, liderada por Estados Unidos.

Estados Unidos mantiene un proyecto diferente a los Apolos: quiere hacer que los astronautas puedan explorar la Luna con naves espaciales. Este es el proyecto Gateway que espera culminar a más tardar en el 2024. Aunque todavía no se ha diseñado ningún tipo de nave para este propósito, se sabe el que el vicepresidente Mike Pence ordenó a la NASA acelerar el proceso para hacerlo realidad incluso antes de esa fecha.

Gateaway utilizará todas las innovaciones en robótica para construir una base orbital lunar similar a la Estación Espacial Internacional. Para ello, usará cohetes colosales Heracles con los que transportará módulos tripulados del proyecto Orion, en el que también figuran Canadá, Japón y la Unión Europa. la base orbital está programada a terminarse en 2030.

Lo que viene: base espacial lunar de Japón

Cualquiera que piense que el país del sol naciente ha perdido interés en la carrera por el espacio, está muy equivocado. Tokio tiene planes y son más ambiciosos que el de sus competidores: crear una base lunar y construida totalmente a control remoto por… ¡robots!

El proyecto es realizado de manera tripartita el gobierno a través de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), por el sector privado mediante la compañía Kajima Corporation y la investigación universitaria a cargo de tres instituciones educativas:  Shibaura Institute of Technology, The University of Electro-Communications y Kyoto University.

Excavadoras robots trabajarán en el lugar donde se establecerá la base lunar japonesa, totalmente a control remoto.

Japón se tomará su tiempo para llevar astronautas a la Luna, antes deberá consolidar su base lunar edificada con maquinaria, excavadoras y robots ensambladores antes del 2030. mientras las demás potencias compiten entre sí por sólo posarse en el suelo lunar, los nipones buscan aventajarlos dando un paso más largo que nunca: iniciar el dominio lunar.

 

Rusia, el pionero que viene por detrás

Si bien Rusia, heredera los logros espaciales de la Unión Soviética se ha mantenido al margen respecto a la carrera lunar, tampoco ha desistido de tomar parte. Tal vez el hermetismo, heredado también del periodo soviético, no ha puesto a los rusos en el lugar que se ganaron a pulso durante la Guerra Fría.

De hecho pocos, sabían que Moscú sí tenía un programa para alcanzar la Luna, el cual fue suspendido luego que el Apolo 11 lograra alunizar. No fue sino hasta 1990, con el colapso de la Unión Soviética cuando se reveló que su programa espacial consistía más en explorar el satélite, pero con sondas no tripuladas.

Ese mismo hermetismo prevalece en su política espacial y pocos son los que saben que desde 2009, la firma estatal Roscosmos está construyendo una nave espacial llamada Federatsia (Federación), que podría transportar a seis tripulantes. Este prototipo podría tener su primer vuelo de prueba dentro de tres años.

Al igual como sucedía en el tiempos soviéticos, Moscú ha sufrido atrasos en la construcción del Federatsia que amenazan con incumplir esa fecha. Aunque sólo se sabe que es de nueva generación, se desconoce si la nave será capaz de cubrir el vuelo de 140 mil kilómetros que separa a la Tierra en un solo viaje, sin repostar y en un vuelo sin secciones, pero al ver la ilustración anterior, todo parece indicar que una hazaña así sigue quedando en la mesa de diseño o en la fantasía científica. De última hora, se reveló que el Federatsia repostaría en la Estación Espacial Internacional, antes de proseguir su trayectoria a la Luna; ahora más cotizada que nunca.