El pasado primero de enero, un grupo de migrantes hondureños que intentaban cruzar la frontera en la garita de San Diego-Tijuana fueron reprimidos por la patrulla fronteriza de ese país, cuyos elementos les arrojaron gases lacrimógenos para tratar de dispersarlos. Este viernes, la Secretaría de Relaciones Exteriores envió una nota diplomática a la Embajada de Estados Unidos pidiendo una explicación sobre el incidente.
La Cancillería solicitó que se realice una investigación exhaustiva de los hechos ocurridos ese día, así como de los del pasado 25 de noviembre en esa misma zona. Igualmente, lamentó que se registre cualquier tipo de actos violentos en la frontera con México.
La Secretaría de Relaciones Exteriores convocará al Departamento de Seguridad Interna a una reunión del Consejo de Prevención de Violencia Fronteriza.
Asimismo, reiteró el compromiso de México para salvaguardar los derechos humanos y la seguridad de todas las personas migrantes. Aseguró que el gobierno federal mantendrá el enfoque de cooperación para atender el fenómeno migratorio de manera bilateral atendiendo sus causas y reconociendo que es una responsabilidad compartida.
Según voceros de la Patrulla fronteriza estadounidense, varios de sus miembros atacados con piedras por los migrantes, versión que fue refutada por testigos presenciales, quienes además documentaron los hechos con imágenes grabadas en celulares, donde se muestra que los centroamericanos realizaban una movilización pacífica.