Pide el Rey Mohammed VI paciencia al pueblo marroquí para superar obstáculos, en su discurso real

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Estimados lectores les presentamos el texto completo del Discurso Real del Rey Mohammed VI de Marruecos:

«Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia
y compañeros,

Querido pueblo,

La Fiesta del Trono cuyo vigésimo segundo aniversario celebramos en el día de hoy,
con total orgullo, posee una significación que supera la mera conmemoración del
aniversario de Nuestra accesión al Trono.

Esta efeméride viene a encarnar los sagrados vínculos de pleitesía y la sólida cohesión
que siempre ha unido y une a los reyes y sultanes de Marruecos con los hijos de su
pueblo, cualesquiera que fueran las circunstancias. Marruecos es un país ancestral y una nación unida, cuyas raíces se pierden en las profundidades de la historia.

Marruecos extrae su fuerza de su unidad nacional y de la unanimidad de sus componentes en torno a sus valores sagrados. También halla su fuerza en sus instituciones y en las energías y competencias de sus hijos, así como en los esfuerzos que éstos consienten a favor del desarrollo y progreso de su país, defendiendo su unidad y estabilidad. Este capital humano y civilizatorio, que se renueva y se perpetúa, ha permitido a nuestro país afrontar los retos y superar las dificultades a través de su larga historia, pasada y presente.

Querido pueblo,

En Primer lugar, queremos reiterar la expresión de Nuestro agradecimiento a todos los
actores del sector de la sanidad, tanto pública como privada y militar; un agradecimiento
que hacemos extensivo a las fuerzas de seguridad y autoridades públicas, por la total
entrega y espíritu de responsabilidad que mostraron en su lucha contra la pandemia del
Covid 19.

La etapa que estamos atravesando es difícil para todos nosotros; lo es para mí personalmente como para mi familia y para todos los ciudadanos. Los sufrimientos de
los marroquíes me causan el mismo dolor que a ellos, y comparto sus sentimientos.
A pesar de la negativa repercusión que la pandemia ha tenido sobre los proyectos y
actividades económicas, así como sobre las situaciones material y social de numerosos
ciudadanos, hemos procurado hallar soluciones que atenúen los efectos de la crisis.
En este sentido, y desde la aparición de la pandemia, hemos procedido a la creación de
un fondo especial para aliviar las consecuencias generadas por la situación pandémica.
Este fondo ha conocido una aceptación espontánea ante los ciudadanos.

Por otra parte, lanzamos un ambicioso proyecto para reactivar la economía a través del
apoyo aportado a las pymes afectadas por esta crisis, así como para conservar el empleo
y mantener el poder adquisitivo de los hogares, presentándoles ayudas económicas
directas. En el mismo orden de cosas, procedimos a la creación del Fondo Mohammed VI para la inversión, con el fin de promover las actividades productivas y acompañar y financiar los distintos proyectos de inversión.

Querido pueblo,

Hoy podemos enorgullecernos del éxito que Marruecos se ha granjeado en «la batalla
por conseguir la vacuna», una tarea que en absoluto fue fácil; también por la buena
marcha de la campaña nacional de vacunación y la amplia participación de los
ciudadanos en la misma.

Así pues, convencidos de que la soberanía sanitaria constituye un factor fundamental
para la realización de la seguridad estratégica del país, hemos lanzado en Marruecos un
proyecto pionero en el dominio de la fabricación de las vacunas, medicamentos y
materiales médicos necesarios.

Pero a pesar de todo esto, debemos llamar la atención sobre el hecho de que la pandemia
no ha desaparecido y que la crisis continúa. Por lo tanto, todo el mundo ha de seguir
siendo vigilante y respetuoso con las indicaciones de las autoridades públicas en este
tema.

Querido pueblo,

Gracias a este esfuerzo nacional colectivo, la economía nacional registra un índice
positivo por el camino de la recuperación de todas sus capacidades. Esta situación ha sido consolidada, gracias a Dios, merced a los excelentes resultados de la campaña agrícola, con los que el Todopoderoso nos ha agraciado, y que contribuyen a un importante abastecimiento en productos agrícolas nacionales, creando una atmósfera de tranquilidad entre los ciudadanos.

Este perceptible desarrollo sucede en el seno de un contexto prometedor, que tiene lugar
tras presentarse las propuestas de la Comisión especial sobre el Modelo de desarrollo,
lo que permite lanzar una nueva etapa susceptible de acelerar el despegue económico a
fin de consolidar el proyecto social que ambicionamos para nuestro país.

Dicha comisión ha desplegado esfuerzos constructivos y loables, en el seno de una labor
nacional, en la que han tomado parte las fuerzas vivas de la Nación, como los partidos
políticos, las instituciones económicas, sindicales y sociales, la sociedad civil, y un
determinado número de ciudadanos.

Lo mismo que ha ocurrido en la etapa preparatoria, consideramos que la aplicación de
este modelo es una responsabilidad nacional que requiere la participación de todas las
energías y capacidades de la Nación, sobre todo aquellas que serán llamadas a asumir
las responsabilidades gubernamentales y públicas en los años venideros.

Nos anima también la ambición de ver el “Pacto nacional por el desarrollo”
constituyendo un marco referencial, integrado por los principios y prioridades del
desarrollo, así como un contrato económico y social que sienta las bases para una nueva
revolución del Rey y del pueblo.

En nuestra calidad de garante de los intereses de la Nación y de los ciudadanos,
velaremos por acompañar la puesta en marcha del Modelo, con todas las medidas y
mecanismos necesarios.
Querido pueblo,

Paralelamente a sus iniciativas de desarrollo de cara al interior, Marruecos, y con
idéntica determinación, vela por continuar sus sinceros esfuerzos de afianzar la
seguridad y la estabilidad en su entorno africano y euro mediterráneo, especialmente en
su vecindad magrebí.

Convencidos de esta orientación, queremos renovar nuestra sincera invitación a nuestros
hermanos argelinos para obrar conjuntamente, y sin condiciones, a fin de edificar unas
relaciones bilaterales fundadas en la confianza, el diálogo y la buena vecindad.
En efecto, la situación actual de estas relaciones no nos satisface ni beneficia a nuestros dos pueblos, amén de ser inaceptable para numerosos países.
Porque mi íntima convicción me dice que unas fronteras abiertas son el estado natural que tiene que prevalecer entre dos países vecinos y dos pueblos hermanos.

Además, el cierre de las fronteras se opone a un derecho natural y a un genuino principio
jurídico, consagrado por los convenios internacionales, incluido el Tratado de Marraquech por el que se funda la Unión del Magreb Árabe, que estipula la libre circulación de personas, servicios, mercancías y capitales entre los países que lo integran.

Esto mismo es lo que francamente vengo manifestando y reiterando desde 2008, en
diferentes ocasiones, sobre todo que la decisión del cierre no es una responsabilidad
achacable a Su Excelencia el Presidente argelino actual, ni al Presidente anterior ni
tampoco a mí.

Pero, política y éticamente, somos responsables de la continuidad de este cierre ante
Dios, ante la Historia y ante nuestros conciudadanos. No existe ninguna lógica razonable que pueda explicar la situación actual, sobre todo que las causas que indujeron al cierre ya han sido superadas y ahora no tienen ninguna justificación aceptable.

No es intención nuestra hacer reproches ni dar lecciones a nadie; nosotros somos hermanos separados por un ente intruso que no tiene cabida entre nosotros. En cuanto a lo que algunos dicen acerca de que la apertura de las fronteras no hará sino llevar el daño y los problemas a Argelia, o a Marruecos, es una total equivocación. Nadie podría dar crédito a semejante discurso, especialmente en esta era de la comunicación y de las nuevas tecnologías.

Efectivamente, el cierre de las fronteras no sólo obstruye la comunicación entre los dos
pueblos, sino que contribuye al cierre de las mentes cuando se dejan influir por falsos
planteamientos vehiculados por determinados medios de comunicación, según los
cuales los marroquíes padecen la pobreza y viven del contrabando y del tráfico de
drogas.

Cualquier persona puede averiguar la inexactitud de tales alegaciones, sobre todo
cuando existe una comunidad argelina que vive en nuestro país; además están los ciudadanos argelinos procedentes de Europa o de la misma Argelia, que visitan nuestro
país y conocen la realidad de los hechos.

En este contexto, quiero asegurar a nuestros hermanos en Argelia diciéndoles que de
Marruecos jamás os llegarán daños ni problemas; tampoco os alcanzará ningún peligro
ni amenaza, porque todo lo que os afecta, a nosotros también nos afecta y lo que os daña,
a nosotros nos daña igualmente.

Por ello consideramos que la seguridad y estabilidad de Argelia, así como la tranquilidad
de su pueblo, forman parte de la seguridad y estabilidad de Marruecos, y viceversa, ya
que todo cuanto sobrevenga a Marruecos, ha de repercutir sobre Argelia, porque los dos
constituyen un solo cuerpo.

Efectivamente, tanto Marruecos como Argelia, sufren los problemas de la migración, el
contrabando, el tráfico de drogas y la trata de personas. El verdadero enemigo común son las bandas que protagonizan tales actos; cuando de concierto obremos por combatirlas, pondremos fin a sus actividades y fuentes. Por otra parte, lamentamos las tensiones mediáticas y diplomáticas que conocen las relaciones entre Marruecos y Argelia, y que no hacen sino perjudicar la imagen de ambos países, dejando una mala impresión sobre todo en los foros internacionales.

Por ello, invitamos a privilegiar la lógica de la sensatez y de los intereses supremos, para
poder superar esta lamentable situación en la que se malgastan las energías de nuestros
dos países, obstruyendo los lazos de afecto y fraternidad existentes entre nuestros dos
pueblos.

En efecto, más allá de su condición de dos países vecinos, Marruecos y Argelia son dos
gemelos que mutuamente se complementan. Por ello, invito a Su Excelencia el Presidente argelino a obrar conjuntamente, en el más cercano plazo que considere oportuno, a fin de desarrollar las relaciones fraternales que nuestros pueblos han construido a través de años de lucha común.

Querido pueblo,

Queremos aprovechar esta gloriosa ocasión para trasmitir un saludo elogioso y de
consideración a todos los componentes de las Fuerzas Armadas Reales, Gendarmería
Real, Seguridad Nacional, Fuerzas Auxiliares y Protección Civil, por su abnegación y
constante movilización, bajo Nuestra conducción, en defensa de la unidad, soberanía,
seguridad y estabilidad de nuestro país.

Con total lealtad, queremos evocar la memoria y sacrificios consentidos por nuestros
venerables antepasados, encabezados por nuestros augustos abuelo y padre, Sus
Majestades los Reyes Mohammed V y Hassan II, Dios les tenga en Su Santa Gloria, lo
mismo que todos los venturosos mártires de la Patria.

Dijo Dios el Altísimo, “Si Dios encuentra el bien en vuestros corazones otro tanto os
dará”. Sagrado Alcorán.

Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh»