Este es un texto íntegro del Discurso Real, que fue leído por el jefe de gobierno, Sr. Aziz Akhannouch.
«Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros,
Mi Honorable Hermano, el Servidor de los Dos Santos Lugares, Rey Salman bin Abdulaziz Al Saud,
Mi Queridísimo Hermano, Su Alteza Real, el Príncipe Mohammed bin Salman bin Abdulaziz Al Saud, Príncipe Heredero y Presidente del Consejo de Ministros,
Majestades, Altezas, Excelencias,
Excmo. Sr. Secretario General de la Liga de los Estados Árabes, y Excmo. Sr. Secretario General de la Organización de Cooperación Islámica,
Esta Cumbre Extraordinaria Árabe-Islámica, convocada por el Reino de Arabia Saudí hermano, se celebra en un contexto cargado de tensiones y de enfrentamientos armados que no cesan, en la franja de Gaza, dando lugar a miles de muertos y heridos entre civiles indefensos, además de las devastaciones, destrucciones y asedio total, en flagrante violación del derecho internacional y de los valores humanos.
A pesar de alzarse algunas voces sensatas que reclaman la disminución de la escalada y la instauración de la paz, los cañones y misiles israelíes siguen teniendo por objetivo a los indefensos civiles, como los niños, las mujeres y los ancianos, sin que ningún lugar de culto, hospital o campamento se haya salvado de la destrucción total o parcial.
Partiendo de nuestro compromiso para con la paz y en nuestra calidad de Presidente del Comité de al Qods, hemos llamado a un despertar de la conciencia humana para detener los crímenes contra las vidas humanas, que Dios Todopoderoso ha honrado.
Así pues, continuaremos nuestra acción sobre esta base, actuando colectivamente, cada cual desde su posición, para lograr cuatro prioridades acuciantes:
– Primero: la reducción urgente y tangible de la escalada, así como el cese de los ataques militares de un modo que propicie un alto el fuego permanente y controlable;
– Segundo: garantizar la protección de los civiles y evitar que sean el blanco de los ataques, conforme al derecho y al derecho internacional humanitario;
-Tercero: permitir la llegada de ayuda humanitaria de manera fluida y en cantidades suficientes para los habitantes de Gaza.
– Cuarto: asentar un horizonte político para la cuestión palestina, susceptible de reactivar la solución de los dos Estados, acordada internacionalmente.
Majestades, Altezas y Excelencias,
Nos enfrentamos a una crisis sin precedentes, agravada por la persistencia de Israel en su flagrante agresión contra civiles indefensos y por el silencio de la comunidad internacional y la indiferencia de las potencias influyentes ante la catástrofe humanitaria que están viviendo los habitantes de la franja de Gaza.
Por lo tanto, la comunidad internacional, y todos nosotros, no debemos permitir que el futuro de la región y el futuro de su pueblo queden en manos de unos postores. El futuro de la región no puede tolerar ofertas vacías o estrechas agendas.
También debemos abordar esta crucial circunstancia desde la responsabilidad histórica que nos exige partir de determinadas evidencias:
– No hay alternativa a una paz real en la región, que garantice a los palestinos sus derechos legítimos en el marco de la solución de Dos Estados.
– No hay alternativa a un Estado palestino independiente, con Al Quds oriental como capital.
– No hay otra alternativa al fortalecimiento de la Autoridad Palestina, encabezada por mi Hermano, el Presidente Mahmud Abbas Abu Mazen.
– No hay alternativa al establecimiento de mecanismos para una seguridad regional sostenible, sobre la base del respeto del derecho internacional y las referencias internacionales reconocidas.
Majestades, Altezas y Excelencias,
Superar esta crisis y evitar que se repita, sólo se logrará poniendo fin a las agresiones contra Al Quds Al Sharif y acabando con las provocaciones que hieren los sentimientos de más de mil millones de musulmanes.
En este sentido, en mi calidad de Presidente del Comité Al Quds, siempre he procurado llamar la atención sobre la gravedad de estas prácticas y provocaciones israelíes y sus funestas consecuencias para la seguridad y la estabilidad de toda la región.
Paralelamente, estamos trabajando sobre el terreno, a través de la Agencia de Bayt Mal Al-Quds Al-Sharif, para proteger la Ciudad Santa y preservar su estatus histórico y jurídico, así como sus sagrados elementos religiosos.
Como bien declara el «Llamamiento de Al Quds», que firmamos junto con Su Santidad el Papa Francisco, es deber de todos preservar la Ciudad Santa de Al Quds, en tanto que patrimonio común de la humanidad y símbolo de valores y de respeto mutuo.
Se equivoca quien piense que la lógica de la fuerza puede cambiar esta realidad y esta arraigada identidad. Siempre nos opondremos, partiendo de nuestra presidencia del Comité Al Quds y en coordinación con Nuestro Hermano, Su Majestad el Rey Abdullah II, custodio de los lugares sagrados islámicos y cristianos de Al Quds.
Majestades, Altezas y Excelencias,
Nos hallamos ante una etapa decisiva y un punto de inflexión, que requiere que todos seamos firmes y responsables, para detener las agresiones israelíes, con la exigencia de que prevalezca la lógica de la razón y la prudencia, para establecer una paz justa y duradera en la región, en aras de la seguridad y estabilidad para todos los pueblos de la región.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh».