En menos de 24 horas llegaron a Ceuta una gran cantidad de migrantes buscando ingresar a territorio español, se trata del mayor número que se haya registrado anteriormente en este paso fronterizo, al grado que obligó al presidente de ese país, Pedro Sánchez a suspender su agenda internacional para enfocarse en un problema que podría llegar a ser de seguridad nacional.
El grupo formado por más de ocho mil personas se aglomeró en torno a las vallas que separan esta localidad, ahora custodiada por el ejército español, el cual fue enviado con carácter de urgencia tanto a Ceuta como a Melilla, para contener el flujo migratorio.
Se trata de una nueva crisis entre Marruecos y España ocasionada por este último al permitir que el líder polisario Brahim Ghali pudiera recibir atención médica en un hospital de Logroño, siendo que sobre él pesan acusaciones de graves violaciones a derechos humanos y abuso sexual.
Hace casi un mes, el alto dirigente polisario llegó al nosocomio de manera subrepticia, ingresó con un nombre falso a un país que lo tiene bajo amenaza de detención, para ser tratado contra el Covid-19; en una acción que a todas luces violó la confianza diplomática con Marruecos, país vecino por el que atraviesan los migrantes subsaharianos hacia su ruta a Europa.
La Unión Europea solicitó a Rabat que cumpla con sus compromisos de controlar el paso migratorio y que asegure que aquellos “que no tienen derecho a quedarse sean devueltos de forma ordenada y efectiva”. Sin embargo, las autoridades marroquíes también han dado un paso al exigir que “hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”, esto en relación con la crisis ocasionada por la presencia del dirigente Ghali, quien fue tratado en España por «cuestiones humanitarias».
Aunque se informa que las fuerzas españolas contuvieron la inesperada oleada migrante, se habla de al menos 86 personas que lograron trasponer los controles migratorios. Este martes, el Ministerio del Interior informó que ya habían sido repatriadas a más de 4 mil indocumentados.
