Veinte años del reinado de Mohammed VI
Las relaciones entre Marruecos y los países de América latina no dejan de desarrollarse constantemente, gracias a la voluntad y la firme determinación de ambas partes de seguir consolidando su asociación para elevarla al nivel de una asociación modélica en todos los ámbitos.
Si bien Marruecos erigió la cooperación Sur-Sur en una opción estratégica, mediante la consolidación de sus relaciones políticas y la diversificación de sus fructíferas asociaciones con los países del Sur, en particular con África, América latina no deja de ocupa un lugar importante en la visión de Su Majestad el Rey Mohammed VI de fortalecer la apertura del Reino sobre países importantes desde el punto de vista geopolítico.
Dada la profundidad y la solidez histórica de las relaciones entre Marruecos y los países de América latina, ambas partes disponen de todas las ventajas necesarias para desarrollar una asociación más ambiciosa que les permita hacer frente a los retos del siglo XXI.
Las relaciones de cooperación entre el Reino y muchos países sudamericanos se han visto fortalecidas gracias a la notable presencia de la diplomacia marroquí, hoy día representada en la mayoría de las capitales del subcontinente.
Esta presencia fue consolidada más todavía tras las numerosas visitas efectuadas por altos responsables marroquíes, tanto del Gobierno como del Parlamento.
A este respecto, cabe recordar que el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Nasser Bourita, efectuó una gira por varios países de la región durante el mes de junio, demostrando así la importancia que el Reino, bajo la dirección de Su Majestad el Rey Mohammed VI, atribuye a las relaciones con esta región con la que comparte un patrimonio histórico y cultural común así como grandes desafíos.
Al tiempo que los países de América Latina prestan cada vez más atención a sus relaciones con Marruecos, también aprecian mucho la visión del Soberano que ha hecho de Marruecos un modelo a seguir en el mundo árabe y en África.
En lo referente a la causa nacional, la diplomacia marroquí, oficial y paralela, movilizada bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey, ha logrado grandes éxitos en la obtención del apoyo de los gobiernos, parlamentos y organizaciones de la sociedad civil de los países de la región a la marroquinidad del Sáhara y a la soberanía del Reino sobre todo su territorio.
Este apoyo masivo a la causa nacional llega en un momento en que la tesis separatista está agonizando no sólo en América Latina, sino también en muchos países del mundo que se han dado cuenta del peligro que el separatismo representa para la estabilidad mundial y han comenzado a reconsiderar sus relaciones con grupos que juegan con la carta de la escisión para justificar sus actividades ilícitas.
Hoy día, muchos países de todo el mundo, incluidos los de América Latina, han llegado a la convicción de que el «polisario» y sus mentores no tienen nada que presentar más que discursos ideológicos anticuados y obsoletos.
Marroquinidad del Sáhara
En este sentido, las diferentes capitales sudamericanas no dejan de renovar constantemente su apoyo a la marroquinidad del Sáhara.
Gracias a su vigilancia proactiva, la diplomacia marroquí ha sabido hacer frente con firmeza a las maniobras del «polisario», que ya no puede engañar a nadie en el subcontinente.
Es también gracias a esta acción incansable que la pertinencia del plan de autonomía para el Sáhara, como única solución viable y realista, es unánimemente saludada en las distintas capitales sudamericanas.
Por otro lado, Marruecos, el país más estable de la región y que experimenta un desarrollo económico sostenido gracias a sus asociaciones con potencias económicas como China, India y Rusia, así como con sus socios tradicionales, dispone de un enorme potencial que puede compartir con los países sudamericanos.
Las relaciones históricas entre Marruecos y América latina se fortalecen constantemente, convirtiéndose así en un modelo de asociación Sur-Sur, basado en una cooperación multifacética que beneficia a los pueblos de ambas regiones.