El cientista político de Vilaboa, Daniel Arosa, describe que las teorías de las Relaciones Internacionales actúan como un par de anteojos de color, permitiéndole al observador ver sólo los eventos relevantes a cada teoría. Un adherente del realismo puede pasar por alto completamente un evento que un constructivista defina como crucial, y viceversa, en este contexto observemos la situación al norte de África.
Son de sobra conocidos los esfuerzos de Marruecos para erradicar cualquier vestigio de terrorismo en su territorio, máxime cuando la inestabilidad de la franja sahelo-sahariana y del propio Magreb suponen un verdadero peligro para la seguridad de toda la zona. Sin contar con los conflictos producidos por la «primavera árabe» (ahí está el sangrante ejemplo de Egipto) y la ya guerra civil en Siria. Marruecos, por tanto, sigue siendo el gendarme de Occidente en todo el Magreb, y prueba de ello son los continuos golpes al terrorismo yihadista.
Según un pasado comunicado del Ministerio del Interior, los servicios de la Brigada Nacional de la Policía Judicial (BNPJ) desmantelaron días pasados una célula terrorista compuesta por cuatro miembros que actuaban en las ciudades de Fez, Meknes, Tiznit y Taounate. Esta célula terrorista, desmantelada tras las investigaciones realizadas por los servicios de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST, siglas en francés), estaba dirigida por uno de los activistas más conocidos en los círculos yihadistas y sitios web, quien pudo establecer contactos con varios dirigentes de la Organización de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), antes del encargo de reclutar militantes que abrazaran las tesis yihadistas para ingresarlos en las filas de esta organización.
Ese elemento, que habría reclutado a ciudadanos marroquíes próximos a las tesis yihadistas, algunos de los cuales tienen relaciones con los combatientes que actúan bajo la bandera de AQMI en Siria, incitaba con fuerza a perpetrar actos de sabotaje contra establecimientos del Estado marroquí y planeaba realizar una acción terrorista precisa, de acuerdo con la agenda de Al-Qaeda, de allí la importancia estratégica de Marruecos en su lucha contra el terrorismo y en especial contra la articulación de grupos totalitarios de carácter yihadista.
Seguridad y Modernismo
Es importante resaltar que el Reino de Marruecos busca consagrar su dinámica de desarrollo con seguridad y modernismo, el ultimo discurso del rey de Marruecos, Mohamed VI a la nación que tanto eco ha tenido en todo el país, estuvo cargado de símbolos. El monarca destacó durante su discurso la «afluencia» de europeos que trabajan en Marruecos y que «compiten con la mano de obra marroquí» en sectores de alta cualificación.
En su alocución con motivo de la fiesta de la «Revolución del rey y del pueblo», el monarca indicó que los profesionales europeos compiten con la mano de obra nacional en sectores tales como el automovilismo y el aeronáutico, así como en los centros de llamadas y otras profesiones técnicas. Ya el pasado mes de mayo el ministro del Interior marroquí pidió al «creciente número de europeos» (entre los que citó expresamente a españoles y franceses) que trabajan y residen en Marruecos que respeten todas las formalidades legales.
Mohammed VI, que el pasado día 21 cumplió 56 años, deploró el «enorme déficit de mano de obra especializada» en distintas profesiones y alentó a «dedicar mayor apoyo y estímulo al sector de la formación profesional, así como a rehabilitar los oficios manuales y técnicos». A pesar de destacar los avances realizados en materia de enseñanza, el soberano alertó sobre las dificultades que vive este sector y deploró «la adopción de determinados programas y métodos de enseñanza inadaptados a las exigencias del mercado del trabajo».
El actual gobierno presidido por el también islamista Saadeddine Othmanino ha continuado con las políticas de educación puestas en marcha por los anteriores ejecutivos y bajo una impronta y formula política islamista moderada lleva ya dos años de gobierno, con aciertos y también con grandes asuntos pendientes como la crisis migratoria y la solución del asunto del Sahara.
Por último, es importante destacar la retirada del Gobierno del Partido Istiqlal, hasta ahora la segunda fuerza del Ejecutivo, sobre esta cuestión Mohamed VI aseguró que «es necesario llevar a cabo un debate amplio y constructivo» sobre las principales asuntos del país, y no «proceder a despreciables discusiones estériles e improductivas».
En una clara referencia a las acusaciones cruzadas lanzadas desde hace meses entre el Istiqlal y el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza el Gobierno, el monarca enfatizó que «el arreglo de cuentas, el insulto, la descalificación y atentar contra las personas no contribuyen a resolver los problemas de un país que debe mirar el futuro».
Marruecos, la puerta de Africa
Sin duda un gobierno como el Marroquí es signo claro de estabilidad en la región del Magred frente a estallidos sociales en el vecindario, la geografía le ha puesto en la puerta de entrada a África y como puente con la Europa, también sometida a un proceso de crisis y profundos ajustes.
Mohamed VI había indicado ya en distintas ocasiones que el modelo de desarrollo del país no hace frente a las necesidades de los ciudadanos. Y esta vez advirtió que el nuevo modelo no será un fin en sí mismo sino una etapa para incorporar a Marruecos entre los países avanzados, generando oportunidades y aplicando innovación.
Insistió en su discurso en la necesidad de evitar el ostracismo en algunos ámbitos, que no concretó, y aconsejó facilitar la apertura “para atraer inversiones”. “Numerosas instituciones y empresas internacionales han manifestado su deseo de invertir y de instalarse en Marruecos. (…) No obstante, las trabas que imponen algunas leyes nacionales, añadidas al miedo y vacilación que rigen la mentalidad de algunos responsables, hacen que Marruecos se vea, a veces, en una situación negativa de ensimismamiento e inhibición”, recalcó.
Vemos, sin duda, un jefe de estado claro y resuelto, es vital que los vientos de cambio y las políticas impulsadas traigan bienestar a dicha nación milenaria en tradición y cultura. Objetivamente la importancia de Marruecos en el norte de África es fundamental y su despegue es esencial en la región del Magreb. Como símbolo de la lucha contra el terrorismo, como agente de cambio y como soporte de una estrecha relación con Europa.
*El autor es presidente de la Fundación Global África Latina, consultor y director de América Latina de la Universidad Unilogos.