La guerra moderna ha recurrido a diversos artefactos que son usados como armas. Este es el caso de los drones, los cuales empezaron a ser un recurso para fotógrafos y camarógrafos, pero ahora son empleados para vigilancia, reconocimiento y hasta espionaje.
De acuerdo con le portal DC Journal, esta realidad tiene lugar sobre todo en Medio oriente, donde las facciones criminales y delincuenciales se sirven de ellos para extorsionar y chantajear; son una amenaza en muchos sentidos y, lo peor de todo, es que nadie está exento de sus efectos malvados.
Irán, en especial, ha desplegado estos artefactos voladores en el norte de Africa, en una acción que claramente es una amenaza directa contra Marruecos. Teherán está actuando con coordinación con Argelia, país que suministra armas a grupos y guerrillas clandestinos como el denominado frente polisario, responsables de constantes ataques guerrilleros contra el Reino marroquí para llevar a cabo su proceso separatista en el Sahara.
Irán aprovechó las distracciones ocasionadas por su programa nuclear, y a escondidas desarrolló drones militares, los cuales provee a movimientos insurgentes del mundo. En particular, por supuesto, para Rusia para su uso en Ucrania, pero también para sus representantes en todo el Medio Oriente.
Sin embargo, esta no es la primera ocasión que Teherán usa estos implementos de espionaje, pues en la guerra que libró contra Irak entre 1980 y 1988, estos ya eran usados para vigilancia infrarroja.
Según el portal del Diario de Nueva Inglaterra, Irán ha fabricado drones y los ha perfeccionado a tal grado que se pueden usar en vehículos como motos acuáticas o de nieve. Uno de esos casos fue el del motor Rotax, fabricado en Austria, el cual se descubrió que era usado para esos propósitos.
El ejército iraní ha convertido estos aparatos en un verdadero negocio militar al distribuirlos ampliamente y hasta con fechas de entregas en una logística bien planeada y ordenada. El portal refirió comentarios hechos por Ilan Berman, vicepresidente senior del Consejo de Política Exterior Estadounidense, quien aseguró que el destino de esos drones son conflictos asimétricos “razón por la cual gastaron tanto dinero y tiempo en terrorismo, y tanto dinero y tiempo en misiles balísticos. Luego encontraron a los drones como la evolución de precisamente esta estrategia”, indicó el experto.
Marruecos se encuentra en el centro de las operación dronísticas, principalmente por el monitoreo que obtienen de estos, lo que permite a grupos extremistas coordinar ataques contra objetivos civiles y militares. La facilidad que tienen de ser ligeros y fáciles de transportary ocultar, lo ha convertido en el arma ideal para espionaje regional.
En su página electrónica, la Asociación de Periodistas Auropeos denunció que estos drones significan un cambio sustancional en los sistemas bélicos, ya que también se consideran aviones no tripulados con misiles y cargas explosivas. Realmente no hay un antídoto contra este teatro de operaciones, salvo Israel que cuenta con un sistema defensivo denominado “Cúpula de Hierro” israelí, construida con tecnología israelí y asistida y financiada por Estados Unidos.
Sin embargo, Israel se ha mostrado reacio a vender el Iron Dome, que atrapa proyectiles de bajo vuelo disparados desde tan solo 2,5 millas del lugar de intercepción. Es un arreglo de defensa portátil complejo, basado en radar, diseñado para destruir cohetes y drones entrantes desde Gaza y sus vecinos Siria y Líbano, que albergan representantes iraníes no estatales.
La preocupación no sólo es para Marruecos sino para el mundo entero, pues ya son usados por grupos extremistas para llevar a cabo actos terroristas.
“Lo que los iraníes traen a la mesa es que se sabe que son el principal patrocinador estatal del terrorismo en el mundo, y que ahora se trasladan a África, mejorando la capacidad de sus grupos delegados”, concluyó Berman.