El kurdo es un pueblo indoeuropeo que habita en la región montañosa del Kurdistán, en Asia Occidental, repartida principalmente entre los Estados soberanos de Siria, Irak, Turquía, Irán y Armenia. Los kurdos son alrededor de 25 a 35 millones de personas, son uno de los principales pueblos del Medio Oriente que aún no cuenta con un Estado nación que los represente.
¿Hoy a propósito de las elecciones legislativas del Kurdistán iraquí, nace la pregunta de por qué los kurdos aún no cuentan con un Estado que los represente? Objetivamente para responder esta interrogante debemos bucear en la historia reciente del siglo XX.
Este pueblo es un descendiente de los antiguos medos, a esta minoría étnica del medio oriente, pueblo al que le prometieron «el oro y el moro literalmente»; tras el final de la Primera Guerra Mundial, las potencias una vez concluida las hostilidades dejaron un resabio cierto de inestabilidad y repartición geográfica arbitraria sobre los mismos. Claramente fueron las potencias occidentales entre guerras quienes prometieron ordenar la situación político social de este pueblo y apoyar la creación de un Estado- Nación para que integre a dichos asentamientos de modo independiente, situación que jamás ocurrió, dado los descubrimientos de petróleo y gas en la región y la natural aparición de diversas particularidades estratégicas en el Medio Oriente.
El Kurdistán es ahora una de las naciones sin Estado más grandes del mundo, una región no gubernamental cuya población no tiene patria ni país oficial. Hoy en día, el Kurdistán está formado por cinco regiones diferentes más concretamente ubicados en el sudeste de Turquía, el noreste de Siria, el norte de Irak, el noroeste de Irán y el suroeste de Armenia.
A principios del siglo XX, los kurdos comenzaron a trabajar para la creación de una patria conocida como Kurdistán y es en 1920, cuando el Tratado de Sèvres -uno de una serie de tratados que las Potencias Centrales firmaron después de su derrota en la Primera Guerra Mundial- esbozó la disolución del Imperio Otomano y esbozo la posibilidad de un Kurdistán autónomo.
El petróleo primero y luego el gas fueron las causas para que países como el Reino Unido y Francia no abandonaran la región y tampoco cumplieran con su palabra. Los kurdos son el cuarto mayor grupo étnico del Medio de allí su importancia demográfica y geográfica.
A lo largo del siglo XX enfrentaron brutales represiones en cada intento por establecerse como un Estado independiente, en especial por parte de Turquía y de las fuerzas de Sadam Hussein en Irak. Actualmente, los kurdos enfrentan un fuerte rechazo por parte del gobierno turco, quien es socio de Estados Unidos en la OTAN, pero que no quiere el desarrollo de dicho pueblo en sus márgenes ni fronteras, siendo ello un grave problema ya los kurdos han resistido la lucha contra el Isis con la ayuda de occidente, particularmente Estados Unidos y Reino Unido.
A pesar de la condena generalizada de la comunidad internacional, el presidente turco Recep Tayyeb Erdogan anunció el miércoles el inicio de una operación militar contra las regiones del noreste de Siria, controladas por fuerzas kurdas.
«Fuente de paz»: este es el nombre de la ofensiva que Turquía lanzó el miércoles 9 de octubre contra las fuerzas kurdas en el noreste de Siria, consideradas como «terroristas» por Ankara. Según el presidente Erdogan, el objetivo es crear una «zona de seguridad» que separe la frontera turca de las posiciones kurdas. Esta operación ha provocado una avalancha de críticas internacionales pues agrega una importante cuota de inestabilidad a la zona.
De acuerdo con diversos analistas, para Turquía es más preocupante concederle autonomía al pueblo Kurdo, que el avance del Isis en la región. Los bombardeos de estos días han provocado el pánico entre los civiles y los vecinos de las localidades fronterizas están huyendo «hacia el interior o hacia Hasaka, porque allí hay tropas del Ejército regular sirio», ha explicado por teléfono un empleado de la ONU que ha pedido el anonimato según France 24. Esta fuente también ha apuntado que el organismo internacional les ha avisado de que el personal de Naciones Unidas será replegado en caso de ataque aéreo y, por tanto, «no se podrá mantener la distribución de ayuda». Recordemos que en esta región habitan cerca de seis millones de civiles, de los cuales más de 1,6 millones necesitan asistencia humanitaria y 650.000 son desplazados de otras regiones sirias, según informaciones de la ONG Save the Children.
Los Kurdos hoy por hoy están enfrentados a intensos combates y bombardeos, los habitantes de las ciudades fronterizas sirias, empujados por el pánico, han huido desordenadamente a zonas más al sur, informa el corresponsal de RFI en Beirut, Paul Khalifeh, quien además agrega que esta ofensiva turca solo traería mas inestabilidad y permitirá a Isis replegar acciones y ganar pociones importantes.
Los combatientes kurdos armados con lanzacohetes están desplegados en las calles de las ciudades fronterizas, decididos a resistir la ofensiva terrestre turca, cuyo objetivo es establecer una zona de amortiguación de 400 kilómetros de longitud y 20 kilómetros de profundidad, que se extiende desde las provincias de Alepo hasta Hassaké, objetivamente vemos una compleja situación donde un socio de Estados Unidos, léase Turquía, intenta apagar el incendio con gasolina.
A pesar de ello, el papel de los kurdos en la guerra con el Grupo Estado Islámico ha sido preponderante y claramente de vital importancia, hoy todo parece confirmar que los Kurdos son abandonados por Trump ante la salida de las fuerzas de estados unidos de la zona. No podemos olvidar que justo cuando se pensaba que el Isis estaba ganando la guerra en Siria, los kurdos peshmergas fueron quienes consiguieron frenar su avance, y se convirtieron en grandes aliados de la causa contra el Isis.
“Somos conscientes de que nuestra alianza con Estados Unidos es táctica y no estratégica”, afirman los milicianos kurdos de las Unidades de Protección Populares (YPG, por sus siglas en kurdo) en lo que supone el enésimo aviso de retirada de las tropas de EE UU por parte del presidente Trump, y la tercera incursión militar turca en su territorio. Ya en diciembre de 2018, Trump anunció a golpe de tuit que sus tropas se iban de Siria. Algo que sorprendió tanto a los combatientes kurdos como a los oficiales estadounidenses desplegados en el terreno con quienes han “forjado una estrecha relación”. Y es que, de entre los 74 países que conforman la coalición —de la que España es miembro—, unos 2.000 efectivos estadounidenses, británicos y franceses han sido desplegados en el norte de Siria, donde han armado y formado a los combatientes kurdos y árabes aliados.
Esta decisión, interpretada por algunos como una «traición», muestra un cambio drástico de la política exterior estadounidense en Siria. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), milicia kurda que controla gran parte del noreste de Siria, ha acusado a Estados Unidos de «apuñalarlos por la espalda».
“Ante esta situación no es extraño que las fuerzas kurdas busquen restablecer el dialogo con Damasco y vean en Moscú una plataforma de reparación y apoyo”. El Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, ha denunciado la presencia extranjera y cualquier plan para Siria sin la autorización de Damasco. Por otro lado, ha conminado a las milicias kurdas a no traicionar a su patria y rechazar cualquier nueva alianza con EE.UU. Rusia, por su parte, ha condenado la medida de EE.UU. de utilizar a los kurdos en Siria para minar la integridad territorial de este país. Además, Moscú ha urgido a los kurdos a dialogar con Damasco ante amenaza turca, claramente un asunto complejo y de difícil solución que involucra a las grandes potencias del siglo XXI, recursos como petróleo y gas y la dignidad nacional de los diversos actores en la cuestión kurda en un oriente medio ya saturado de inestabilidades y amenazas a la paz y la seguridad.
*El autor es Presidente Fundación Global África Latina, Director de América Latina Universidad Unilogos, Consultor y Analista Internacional.