El siglo XXI. ¿Cómo se le veía en los setentas?

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Se supone que estamos en el siglo XXI. Muchas situaciones que estamos viviendo fueron predichas por expertos en los años setentas. Me encontré un libro que le compré a un tianguista en Balderas, su título es precisamente “El siglo XXI” y me llamó mucho la atención saber lo que algunos de los grandes cerebros de ese entonces vaticinaban de esta centuria, en la que ya casi llevamos una quinta parte de años vividos.

Prospectos de robot. El hombre eléctrico (Izq.) y Cosmos, el robot teledirigido (Der.) H. D. Block, profesor de la Universidad de Cornell, decía que: “No creo que haya una tarea que, en principio, la máquina no pueda ejecutar. Defina usted una y si un individuo puede desempeñarla, entonces una máquina, en teoría al menos, podrá también. Lo contrario, sin embargo, no es verdad”. El Siglo XXI, Biblioteca Salvat Editores GT (Grandes temas), 1973.

El libro presenta en su introducción una entrevista con Herman Khan, un conocido estratega y analista en seguridad estadounidense. Fue fundador del Instituto Hudson y era considerado como uno de los futurólogos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Sólo voy a dejarles ver la respuesta que da a la pregunta de ¿cuál sería el precio que tendremos que pagar por el progreso en el siglo XXI?

Esto es lo que dijo:

“Carencia de intimidad, incremento privado o gubernamental del poder; pérdida de la escala humana; excesiva aceleración de los cambios; lo que hará difícil la adaptación a los mismos. En el área de la tecnología pueden producirse catástrofes nucleares, exceso de población, exceso de turismo, exceso de contaminación… Será un mundo de excesos. Asimismo, se generalizará el “lavado y control” de cerebros. Lo sexual estará determinado de antemano, aumentará el consumo de drogas y aparecerá el uso del estimulante electrónico“.

En la foto: John Mott-Smith realizando un diseño artístico mediante una computadora, la cual era casi tan grande como una habitación

Me llamó mucho la atención el último término que Khan aplicó para designar algo que podría identificarse con los “dispositivos electrónicos”, cuyo constante uso parece significar para él una especie de “placebo” por aquello de “estimulante”; una “droga” que se lleva a todas partes y dónde la atención está prácticamente puesta en su pantalla. ¿Estaremos viendo el nacimiento de los gadgets, sólo que aún no existía una palabra exacta para referirla como la conocemos ahora?

En boca de los expertos de los setentas

De cualquier manera, quisiera sólo resumirles las cosas que anticipaban grandes académicos como Hermann Muller, precursor de la inseminación artificial y el embarazo intrauterino. El condicionamiento automático del niño en su cuna cercada y aislada (B. F. Skinner). En comunicación, un constante bombardeo de mensajes sin sentido manipulará la mente tribal (Marshall Mc Luhan). Operaciones agrícolas a gran escala, automatizadas y bajo control remoto, producirán alimentos (Rand).

Ya en los años setentas se preveía que el hombre perdería la lucha contra la contaminación “en los próximos diez años”, si las soluciones no se aplican con el rigor y rapidez necesarios. La creación de nuevas fuentes energéticas como la solar (que se ejemplifica en la fotografía del horno solar en Francia), y la sustitución de materias primas no renovables y en vías de agotamiento eran otras carreras contra el tiempo que los expertos preveían en los setentas sobre el Siglo XXI.

Computadoras centralizadas, con la ayuda de robots, se encargarán de todas las operaciones domésticas, desde el planeamiento del menú y las compras hasta las labores caseras (Glenn Seaborg). Factorías cibernetizadas producirán una gran abundancia de bienes. (Norbert Wiener)

Algunas de las más disparatadas son automóviles particulares que operarán bajo control central automático (aquí Dadridge Cole se refiere específicamente a las marcas MIT y Ford) por superautopistas a ciudades subterráneas o, alternativamente, a colonias-asteroides en el espacio. Computadoras centralizadas tomarán toda clase de decisiones de tipo político y social. Un suministro suficiente de drogas proporcionarán a todo ser humano el sentido de estar vivo (Timothy Leary).

 

Este es el prospecto que los arquitectos de los setentas propusieron para vencer la aglomeración demográfica. Cada uno de los enormes edificios podrá ser una entidad autónoma con su alcalde, su fuerza publica, etcétera.

Con ayuda del trasplante de órganos prologaremos con éxito esta “seudovida” un siglo o hasta dos (Christian Barnard). Y él mismo concluye que, finalmente, “los beneficiarios morirán sin darse cuenta, ni por un sólo minuto, de haber estado vivos”.

Las predicciones futuristas

Para terminar, les comento los aspectos innovadores que se preveían en la séptima década del siglo veinte: Minería del océano y del espacio (para el año 2000 y el 2030, respectivamente, según Arthur C. Clarke). El hombre logrará la inmortalidad para el año 2100 (también según Clarke).

También se visualizaban las superautopistas automatizadas, ingeniería planetaria, modificación del sistema solar, sistemas antigravedad, viajes interespaciales, colonias planetarias y, por si fuera poco, lograremos el contacto directo con seres extraterrestres.

Recuérdenlo, todo eso se predecía, hace casi cincuenta años, cuando muchos de nosotros éramos niños.

* El siglo XXI. Editorial Salvat GT (Grandes temas), 1973. Comprado en el tianguis cultural de la Ciudadela, en Balderas ($20, rebajado en $10).