La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aseguró que Ucrania contará con todo el apoyo militar que requiera en su lucha contra las fuerzas armadas rusas. Tras la decisión de Finlandia y Suecia de unirse al bloque euroatlántico, éste se comprometió a poner a disposición del gobierno ucraniano toda la estructura bélica que ha sido la causa del conflicto con Moscú.
La semana pasada, Finlandia dejó atrás décadas de neutralidad y dio un paso firme para unirse a la alianza euromilitar, con lo que el mapa estratégico sufrió un serio reacomodo que la ubica en las puertas de Rusia. Si el presidente Vladimir Putin había dicho que utilizaría como metáfora los sucesos que tuvo su país durante la Segunda Guerra Mundial, ahora de verdad se puede decir que está pasando algo semejante, pero esta vez son los aliados los que están al acecho, no la Alemania nazi.
Para la OTAN, la membresía finesa fue como colocar una torre en el tablero para presionar al Kremlin, que no se esperaba dejar ese flanco abierto. Para Helsinki, significó una oportunidad de corregir sus temores históricos de tener tan cerca al Oso tricolor.
La movida vino acompañada del alfil sueco para fortalecer la cara norte de la OTAN, donde Noruega cierra la pinza siendo el miembro euroatlántico más fuerte de la región. Durante la segunda gran guerra, Stalin había pedido a los aliados que abrieran un frente precisamente en esa parte de la península de Escandinavia. La intención era distraer a las fuerzas nazis que avanzaban con premura en el Cáucaso para apoderarse de los campos petrolíferos. Hitler tuvo que desviar fuerzas y recursos para impedir que la flota occidental pudiera llegar con su valioso cargamento a Murmansk
A través de ese puerto, la entonces Unión Soviética recibió pertrechos y apoyo militar de Estados Unidos. De acuerdo con Anthony Sutton, el mayor experto en el estudio de la contribución de la tecnología occidental para la creación del Estado soviético, Moscú recibió “camiones, aviones, petróleo, hierro, petroquímicos, aluminio, ordenadores y demás insumos estratégicos a expensas de los contribuyentes americanos” (La verdadera historia del Club Bilderberg. Daniel Estulin, Editorial Boocket, 364 pp. Barcelona, 2007).
Sobre el terreno en Ucrania, Rusia anunció ataques aéreos en el este y en Lviv en el oeste, ya que la inteligencia occidental predijo que su campaña en el este de Ucrania se estancaría en medio de grandes pérdidas y una feroz resistencia.
En una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN en Berlín, la alemana Annalena Baerbock dijo que brindaría asistencia militar «mientras Ucrania necesite este apoyo para la autodefensa de su país».