La primavera árabe de 2011, sacudió a Argelia, pero sus autoridades gozaban en la época de altos ingresos derivados de los hidrocarburos, mas el apoyo de los Estados del Golfo y de la Arabia Saudita. Con esto, Argelia pudo sortear sin mayor problema, las protestas de la época. Bastó subir los salarios y reprimir selectivamente. Esto hizo parecer que la crisis, que expulsó a los presidentes de Túnez y Egipto y que puso en aprietos a los gobiernos de Yemen, Siria, Jordania y Bahréin, no había llegado a Argelia.
Hoy 9 años después, la población argelina se ha lanzado a las calles para exigir la renuncia del dictador que gobierna desde 1999 y que se hagan las reformas políticas y económicas que necesita el país. La situación es particularmente difícil pues hay muchos impedimentos para ello, por las siguientes razones.
- Económicamente el país, no se encuentra en la situación que tuvo durante la primavera árabe. Ahora los ingresos por hidrocarburos han caído en casi 50% lo cual no le permite al gobierno atacar el problema con aumento de sueldos o subsidios. Al contrario, el desempleo se ha disparado. Cabe señalar que las exportaciones argelinas se componen en un 97% de los hidrocarburos y representan el 60% de los ingresos fiscales del país.
- Argelia está gobernada por una oligarquía que domina el país desde hace 54 años. Esta no está dispuesta a ceder el poder y ha sabido dar algunas migajas al pueblo para mantenerlo tranquilo, cuando esto no ha sido posible entonces se llega a la represión abierta, como fue el caso de la guerra civil en la cual se eliminaron a 200 000 opositores. Aunque pueden hacerlo de nuevo, hoy no sería una operación fácil de llevar a cabo. Por lo tanto, se deben hacer concesiones.
- Argelia sigue teniendo gastos superfluos, que cuestan mucho al país. Como el sostenimiento de la mal llamada República Árabe Saharaui Democrática, que es solo un edificio en Argel y unos campamentos en Tinduf muy controlados y penetrados por el aparato de seguridad del estado, de una población que fue llevada ahí, muchas veces con engaños. Hoy el pueblo argelino debería ver lo que les cuesta esta utopía, mediante la cual la oligarquía argelina quería erigirse en la potencia dominante del Magreb. Argelia se agota sus reservas internacionales y su déficit va en constante aumento.
- El gobierno ha respondido con paliativos: primero se ha regresado al esquema en que el presidente solo puede serlo durante dos periodos de 5 años. Esquema que Bouteflika violó, reeligiéndose 4 veces y buscaba una quinta. También se aceptó el Tamazig como lengua oficial del país.
- Es muy difícil que el gobierno cambie, pues Saíd Bouteflika hermano del presidente, ha tejido una enorme red de intereses y corrupción que componen hoy en día la oligarquía financiera del país, que se beneficia de los contratos del estado y que no quiere perder sus privilegios. Esto ha llevado a que algunas voces de esa oligarquía señalen al hermano como el sucesor. Por otro lado, la producción de hidrocarburos se ha caído por falta de inversión, ya no se pueden pagar los subsidios a la electricidad, gas, leche y casas. La población del país en un 67% es menor de 30 años y una gran parte de ella se encuentra desempleada.
Hay que observar el desarrollo de los acontecimientos. Por lo pronto aparecen cada vez mas luchadores sociales (terroristas para el estado), en Kabilia, se quiere inversión extranjera, pero abrir una empresa en Argelia cuesta 20 días y hacer 12 tramites en tanto en Marruecos, solo toma 10 días y 4 trámites. Necesitan inversión que daría una oportunidad para solucionar un poco el desempleo. Si se hacen los cambios a tiempo tal vez se podría evitar una nueva guerra civil, pero desafortunadamente, la oligarquía no quiere dejar el poder.