Se pensaba que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no duraría en el poder. Esto se debía más que nada a su actitud abiertamente prepotente y proteccionista. En el tercer año de su administración no ha dejado de adoptar acciones temerarias como cambiar su embajada a Jerusalén, declarar una guerra comercial contra China, arrinconar con sanciones económicas a Venezuela y ahora impedir no sólo que Irán pueda exportar petróleo, sino amedrentar a quienes se lo compraban, entre estos Turquía, India, y, por supuesto, al gigante asiático.
Washington anunció este lunes que daba por terminado el periodo de exención para que Irán siga vendiendo petróleo, y con ello no sólo le corta la obtención de recursos financieros, sino que estrangula al régimen de Hasán Rohaní, en una abierta complacencia de Arabia Saudita, su principal rival musulmán en la región.
La medida no tardó en tener efectos directos en la cotización del petróleo, cuyos precios se dispararon hasta en un tres por ciento. Tan sólo en Europa el crudo Brent ya se encuentra alrededor de los 74 dólares, mientras que el West Texas ronda los 66.
Asimismo, le permite a la administración Trump empezar a coordinar un nuevo esquema de «suministro global» con la dinastía saudita y los Emiratos Arabes Unidos. Con Venezuela e Irán sometidos a sanciones como éstas, la Unión Americana se quedaría al menos con el 19% de la demanda mundial de energéticos, más o menos con 17 millones de barriles por día y con la gran entrada de divisas que eso implica.
Por su parte, Irán queda atrapado en un bloqueo energético que le dificultará tanto su operatividad gubernamental como su hegemonía entre las comunidades chiitas de la región. Se habla de que esta medida ocasionará a Teherán una baja dramática de 1.1 millones de barriles por día, que fue la cifra que vendió en marzo pasado.
Estados Unidos se quedaría con la mayor tajada del pastel petrolero con una distribución de aproximadamente 17 millones de barriles diarios y, de paso, pone en cintura a la mayoría de los países del mundo, que han tenido que plegarse a regañadientes a su estilo de gobierno.
Trump en realidad lo que hizo fue adelantar la suspensión puesto que ésta ya estaba por concluir el 2 de mayo próximo. De paso, le envío un mensaje a otros países que le compran crudo a Irán, estos son: India, Japón, Italia, Corea del Sur y Turquía.
Con respecto a China, Irán se convierte en un nuevo polígono dentro de la guerra comercial que sostiene Estados Unidos con el gigante asiático.