La contaminación de mercurio llega a la zona abisal de los océanos

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Los mares abisales han representado un reto para los investigadores. Esas profundidades marinas superiores a los 4 mil metros siguen siendo un misterio para los biólogos, pero no para las sustancias contaminantes como el mercurio, cuya presencia ya está comprobada.

Expertos de la Universidad de Michigan revelaron en un estudio publicado por en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) que la toxicidad ya alcanzó a las partes más oscuras del océano.

La causa

El mercurio es una sustancia que se acumula en los peces de todos los mantos oceánicos mediante un proceso que se denomina bioacumulación. Las especies que se encuentran en lo alto de la cadena de alimentación como los tiburones, pulpos, serpientes marinas y algunos peces depredadores como el pez globo y el pez león lo absorben al alimentarse de otras menores como el atún, el marlin y el pez espada, así como por la gran cantidad de peces a los que estamos habituados a consumir.

Estos últimos son los más cercanos en la llamada cadena trófica marina y cuando son devorados pasan su acumulación de tóxicos al depredador. El devorador no siempre se come todo, sino que deja residuos que flotan durante mucho tiempo otros son acarreados por las corrientes y la mayoría termina precipitándose hacia aguas más bajas donde son consumidos por especies menores como el pejesapo con espinas, el pez dragón y el yelmo de nariz cuadrada.

Los investigadores detectaron la presencia de mercurio en especies que habitan más de 10 mil kilómetros, como es el caso de la Fosa de las Islas Marianas, en el Pacífico.

¿De dónde proviene el mercurio?

Central eléctrica de carbón

El grupo de investigadores de la Universidad de Michigan advirtió que el origen de la mayor parte de esta contaminación fue el resultado de emisiones a la atmósfera hechas por centrales eléctricas de carbón, la minería, cementeras, incineradores  (incluso fúnebres) y otras actividades humanas costeras y no costeras. Para ello, el grupo analizó la composición isotópica del mercurio encontrado en peces y crustáceos recogidos en el fondo de dos fosas de aguas profundas del Pacífico.

«El mercurio que creemos que alguna vez estuvo en la estratosfera se encuentra ahora en las fosas más profundas de la Tierra», dijo el geoquímico ambiental Joel Blum, autor principal del estudio y profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y Ambientales de la UM.

Blum aseguró que hasta ahora se pensaba que el mercurio de origen humano estaba restringido principalmente a los primeros mil metros de profundidad de los océanos, pero descubrieron que, aunque parte del mercurio en estas fosas de aguas profundas tiene origen natural, «es probable que la mayor parte provenga de la actividad humana».

El experto indicó que el hundimiento de los cadáveres de los peces que se alimentan en la parte superior de los océanos son responsables de la mayor parte del mercurio hallado en las fosas.

El mercurio es usado en la minería sobre todo para la extracción de plata y oro.

Aunque las emisiones de mercurio han disminuido en los últimos años en América del Norte y Europa, China e India continúan incrementando el uso de carbón como fuente de energía, con lo que las emisiones de mercurio a escala mundial están aumentando.

Ciertamente, las especies comestibles por el ser humano son capturadas en aguas menos profundas, pero eso no basta para descartar su peligrosidad, pues aún se desconoce el ciclo del mercurio; un elemento natural del que se emiten a la atmósfera más de 2 mil toneladas métricas, principalmente por actividades industriales.

Sólo para que lo sepan: El consumo de mercurio en los seres humanos es causante de daños en el sistema nervioso central, el corazón y el sistema inmunológico. A continuación les damos la receta para un buen y delicioso atún a la mexicana. Acompáñenlo con tostadas, cervezas y a ver el futbol… ¡a todo mercurio!